Los Ángeles

El efecto Donald Trump ha encarecido la industria del tráfico de personas. Las ganancias son de miles de millones de dólares y quienes pagan por cruzar a alguien podrían ser cómplices, dicen autoridades estadounidenses.

“Hay una historia que no se ha contado todavía”, dice a EL UNIVERSAL Jaime Ruiz, vocero del Departamento de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés). “Los miles de millones de dólares que están ganando los traficantes de personas... apoyados por los cárteles de la droga, apenas se pueden calcular porque son inimaginables”, asegura.

“Ha habido una abundancia, un auge de esta actividad sucia en los últimos cuatro años y tristemente vemos y constatamos que una gran cantidad de quienes alimentan esta actividad criminal son padres de familia, hermanos, tíos y abuelos. La gran mayoría no tiene antecedentes penales, pero paga para que les traigan a sus familiares”, según la versión del funcionario federal estadounidense.

De hecho, durante el año fiscal 2017, una vez que Trump juró como presidente de Estados Unidos, más de 400 padres de familia fueron arrestados por agentes federales —entre enero y septiembre— porque se les comprobó que habían pagado a un traficante de personas para introducir a EU de manera ilegal a un familiar, de acuerdo con cifras del ICE.

“Muchos dicen que Trump es el malo de la película, pero el verdadero villano, el verdadero monstruo de esta película son los coyotes, los cárteles de la droga que controlan el tráfico de migrantes y que se han hecho multimillonarios aprovechándose de esta crisis humana”, asegura Ruiz.

De acuerdo con ICE y varios grupos proinmigrantes, se sabe que a partir de la llegada de Trump a la Casa Blanca y debido a su política antiinmigrante, las tarifas para cruzar sin documentos se han disparado. Existen reportes que muestran que en 2015 los migrantes procedentes de Chiapas pagaban 3 mil dólares cada uno; hoy, los traficantes están cobrando 5 mil por persona.

“Lo que influye en el precio final es desde donde los van a traer, si van a cruzar por desierto, río o garita; si los van a transportar —en territorio mexicano— en avión, autobús o tren”, explica Ruiz.

“Entonces, imagínese una familia de cinco miembros, son 25 mil dólares sólo de ellos, sumen los cientos de personas que trafican todos los días”, señala el funcionario de ICE.

 

“Sabemos que reparten dinero por todos lados y en ambos lados de la frontera, lo que toca a Estados Unidos nosotros lo investigamos vigilando y hemos encarcelado a varios agentes corruptos; aquí es muy penado y permanentemente estamos sobre nuestra gente para detectar cualquier eventualidad”, dice.

En los últimos años, la estrategia de la mayoría de los migrantes, en especial de los llegados de Centroamérica, es buscar ser detenidos para pedir asilo. Según la Constitución de EU, todo extranjero que solicite ser asilado ante un funcionario federal podrá exponer su caso ante un juez de inmigración, pero no sin antes permanecer en un centro de detención y ser fichado. Posteriormente, según el caso, podría o no seguir su proceso en libertad.

“Hay casos legítimos de asilo, pero que te digan que todos los casos de Centroamérica son de asilo, es como decir que todas las familias de Sinaloa han sido amenazadas por los cárteles de las drogas y todos deben venirse para acá”, declara Ruiz.

“Lo que más debe preocuparnos es cómo la mafia del tráfico de personas se aprovecha del drama de la pobreza y del sueño de querer hacer una vida mejor en otro lado. Es válido desear estar mejor, lo que no se vale es que [los coyotes] le mientan a las personas haciéndoles creer que es fácil y que sí se podrán quedar [en EU]. Eso no es verdad, muchos son deportados, devueltos a sus lugares de origen, otros son secuestrados en su paso por México y otros más mueren en el intento”.

Las ganancias para esta industria ilícita están calculadas alrededor de 3 mil millones de dólares, según ICE, y hasta 6 mil millones, de acuerdo con la ONU. Una actividad menos riesgosa y violenta que el narcotráfico, según datos de ONG.

Para Ruiz, el problema de la migración indocumentada en grandes números existe desde la administración de George W. Bush (2001-2009) y fue propiciada por el llamado Acuerdo Flores, el cual permitió permanecer en Estados Unidos a una familia salvadoreña amenazada por la Mara Salvatrucha, “lo que género que en El Salvador las 30 familias del vecindario poco a poco se vinieran para acá y fueran aceptadas... Pero ese abuso tiene que ver mucho con la industria del tráfico de personas, porque muchos no se vendrían si supieran la verdad del sufrimiento que van a padecer durante el trayecto y el alto riesgo de muerte que tienen”, considera.

“Al final, los únicos que ganan son los coyotes y sus jefes” concluye Ruiz.

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