El gobierno de Venezuela inició ayer la preventa del Petro, criptomoneda lanzada por el presidente Nicolás Maduro ante los graves problemas de liquidez del país, en medio del escepticismo de expertos sobre sus posibilidades de éxito.

Por la noche, Maduro anunció que recibió ofertas de “intención de compra” por 735 millones de dólares durante las primeras 20 horas de la preventa. “Ya los tenemos en nuestras manos, en Petros. Arrancamos por lo alto”, señaló en rueda de prensa, sin especificar el valor de cada Petro que, dijo, “refuerza nuestra independencia y soberanía económica”.

Fue el punto de partida para una preventa privada de 38.4 millones de Petros, sobre una emisión de 100 millones que se extenderá hasta el 19 de marzo. Un día después comenzará la oferta inicial pública de otros 44 millones y el resto, 17.6 millones, se los reservará el Estado.

Las autoridades dicen que el Petro estará respaldado por las reservas petroleras venezolanas, las más grandes del mundo, aunque no ha dado detalles de cómo garantizará esto.

“Mi consejo sería tener sumo cuidado con esto, especialmente tomando en cuenta el historial que tiene el gobierno venezolano”, manifestó Federico Bond, cofundador de Signatura, una empresa de monedas digitales con sede en Argentina.

Analistas consultados por la AFP advirtieron que los desequilibrios de la economía venezolana, con alto gasto público y una hiperinflación proyectada en 13,000% por el FMI para 2018, erosionan las posibilidades de un impacto positivo.

Maduro espera que el Petro abra “nuevas vías de financiamiento” ante las sanciones de Estados Unidos, que prohíben a ciudadanos y empresas estadounidenses transar deuda emitida por Venezuela y su estatal petrolera PDVSA. Tanto el país como la compañía fueron declaradas el año pasado en default parcial por pagos atrasados de intereses y capital de títulos de deuda. Sin embargo, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha advertido a sus ciudadanos y a sus empresas que hacer transacciones con el Petro equivaldría a violar las sanciones contra el país sudamericano.

Expertos en monedas digitales están observando la incursión de Venezuela en este campo con una mezcla de intriga y sospecha, emocionados por la idea de que un gobierno esté dispuesto a aceptar criptomonedas para el pago de cosas como impuestos, pero también están preocupados por la potencial falta de supervisión.

Bobby Ong, cofundador de CoinGecko, un portal especializado, dijo que la venta del Petro encaja en una tendencia creciente de criptomonedas respaldadas por activos. Pero alertó que todavía hay preguntas por responder, como si un auditor externo podrá verificar exactamente cuántos barriles hay a la mano para respaldar cada Petro y cómo. “¿Qué pasaría si el gobierno decide un día no cumplir con sus obligaciones?”, cuestionó.

Maduro, quien busca la reelección en comicios anticipados el 22 de abril, también busca ampliar sus opciones de pago para operaciones comerciales. “Teóricamente, con las criptomonedas te pudieras bypasear el sistema financiero estadounidense (...), pero todo depende de generar confianza", dijo el economista Henkel García.

Y allí surgen las dudas. Criptomonedas como bitcoin o ethereum están descentralizadas. No son emitidas por bancos centrales, sino que se crean (“minan”) de manera virtual mediante el registro compartido de transacciones, una tecnología conocida como “blockchain”. El Petro, al contrario, será emitido y regulado por un gobierno “que ha generado hiper-inflación”, subraya Juan Paul Leidenz, especialista en criptomonedas de la firma Ecoanalítica. Además, las reservas que respaldarán la emisión están concentradas en un campo aún por explotar.

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