La Habana.— En una jornada que catalogó como “emotiva y trascendente”, la revolución comunista cubana aplicó ayer uno de los cambios generacionales más importantes en sus más de 59 años de historia luego de que los 605 diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular votaron por Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, nacido después del triunfo rebelde de 1959, para sustituir al general Raúl Castro Ruz como presidente de los consejos de Estado y de Ministros de Cuba.

Pese a que el resultado de la votación será revelado hoy, el triunfo de Miguel Díaz-Canel, por unanimidad, se da por descontado, por lo que la entrega formal del poder institucional está previsto para este jueves, aunque el general Castro preservará el dominio, porque seguirá siendo primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC). Miguel Díaz-Canel, hasta hoy vicepresidente de los consejos y quien mañana cumplirá 58 años, se convertirá en el primer mandatario de Cuba sin apellido Castro desde 1976, cuando fue promulgada la actual constitución, y en el quinto a partir de que Fidel Castro Ruz, líder histórico de la revolución y muerto el 25 de noviembre de 2016, entró victorioso a La Habana en enero de 1959.

Castro inició una guerra de guerrillas a finales de 1956 contra la dictadura de Fulgencio Batista, instalada por golpe de Estado en 1952. Antes de los hermanos Castro Ruz, y luego del triunfo de 1959, los gobernantes fueron los cubanos Manuel Urrutia Lleó, del 2 de enero al 17 de julio de 1959, y Osvaldo Dorticós Torrado, del 17 de julio de 1959 al 2 de diciembre de 1976, cuando el comandante asumió la presidencia. Urrutia nació en 1908, rompió con la revolución y murió en 1981, mientras que Dorticós, nacido en 1919, reafirmó su fidelidad al proceso revolucionario y murió en 1983. Por dificultades con su salud, el comandante cedió temporalmente el poder al general en 2006 y, de manera definitiva o permanente, a partir de 2008.

Recorte.

El PCC decidió en 2011 que la presidencia de los consejos se ejercerá por un máximo de dos periodos de cinco años cada uno.

Por voto secreto y directo, y apegados a la Constitución de Cuba (emitida en 1976), los legisladores eligieron de entre sus diputados al Consejo de Estado, integrado por un presidente, un primer vicepresidente, cinco vicepresidentes, un secretario y 23 miembros más. El presidente del Consejo es jefe de Estado y jefe de Gobierno. Los diputados sólo pueden votar sí o no, y por un candidato a cada puesto. La IX Legislatura de la Asamblea, poder unicameral establecido hace también 42 años, fue constituida ayer en el Palacio de las Convenciones,  bajo la presidencia de Esteban Lazo Hernández, en lo que los medios cubanos de comunicación controlados por el aparato revolucionario calificaron  como una “sesión histórica”.

El ascenso de Miguel Díaz-Canel a la presidencia de Cuba emergió como uno de las principales transformaciones generacionales en las cúpulas de poder de un régimen que,  en abril de 1961 y en medio de la derrotada invasión contrarrevolucionaria que el gobierno de EU lanzó hace 57 años por Playa Girón, en Matanzas, proclamó su carácter socialista. La familia Castro, el apellido más poderoso de Cuba, quedó fuera de los consejos por primera vez desde 1976.

La propuesta que los congresistas votaron ayer incluyó a Salvador Valdés Mesa, de 85 años, actual vicepresidente y ex jerarca de la Central de Trabajadores de Cuba, como primer vicepresidente. José Ramón Machado Ventura, segundo secretario del PCC, salió de los consejos. Al presentar la lista de aspirantes, la diputada Gisela Duarte Vázquez, presidenta de una comisión de candidaturas, adujo que se optó por una transferencia de mando “paulatina y ordenada a las nuevas generaciones”. 

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