La ciudad panameña de Colón, que alberga al segundo principal puerto de reexportación de mercancías más grande del mundo después de Hong Kong y es la más importante puerta económica en Panamá en el litoral frente al mar Caribe, fue paralizada hoy por una masiva marcha de protesta cívica y popular en contra del gobierno del presidente Juan Carlos Varela para plantear reivindicaciones sociales.

Pese a que la administración de Varela alegó que invirtió más de mil millones de dólares en obras generales de infraestructura, el Frente Amplio por Colón (FAC), que aglutina a diversas organizaciones no estatales, inició lo que calificó como protesta pacífica en el primer minuto de este martes, aunque anoche se registró la quema de un edificio histórico y de llantas y un cierre de calles.

En declaraciones a medios de prensa en Panamá, el panameño Edgardo Voitiercoordinador de FAC,adujo que hay “múltiples razones las que nos van a sacar a las calles”, en una marcha de protesta.

“Pero principalmente lo que nos impulsa es que rechazamos el perverso propósito” del presidente Varela “de usar nuestra plata para sacar a la población pobre de la ciudad y entregársela a los ricos”, explicó, al subrayar que la comunidad sufre severas dificultades en salud y educación pública y pedir a los colonenses unirse al movimiento.

Uno de los objetivos centrales del FAC es combatir los programas gubernamentales de renovación urbana, porque tienen la pretensión de “privatizar” a la ciudad de Colón con beneficios para que puedan vivir únicamente élites como “ricos y extranjeros”.

En declaraciones a la televisión de Panamá, el panameño Jorge González, secretario de Metas del gobierno, reafirmó que el monto de lo invertido en Colón superó los mil millones de dólares en la gestión de Varela y desmintió que exista un proyecto que el que “se esté sacando a la gente de la ciudad” para entregarla a grupos económicos poderosos.

La Zona Libre de Colón (ZLC), un puerto de libre comercio que es una clave plataforma para la reexportación de mercancías hacia distintos destinos del continente americano, anunció que mantendrá sus operaciones con normalidad, pese a que la protesta cívica afectó la movilización de personas y de vehículos.

Varias líneas de autobuses del transporte remunerado de personas se sumaron al paro, según los reportes periodísticos.

La Policía Nacional de Panamá informó que aunque se mantiene en alerta, se abstendrá de reprimir la marcha con gases lacrimógenos, perdigones y demás elementos para dispersar a los manifestantes.

En un artículo de opinión que publicó hoy en el periódico La Estrella de Panamá, uno de los más influyentes en ese país, el economista panameño Aníbal Culiolis García aseguró que la ciudad de Colón “está enferma”.

“Los embalses de aguas servidas, al sedimentarse con el polvo, propician enfermedades respiratorias, gastrointestinales, alergias y conjuntivitis. Las calles están destruidas y provocan daños a los vehículos. La terminal de buses, es ‘tierra de nadie'. La inseguridad, una amenaza latente”, describió.

En sus comunidades, en sus costas y montañas hay “centros educativos en mal estado, faltan educadores; centros de salud en condiciones precarias, faltan médicos, medicinas y ambulancias; falta agua potable. No nos equivoquemos, la razón de ser de la huelga” de este 13 de marzo “es reivindicativa, no política”, sentenció.

El periódico La Prensa, otro de los referentes en Panamá, publicó en la mañana de este martes que Colón permanece en calma en medio de la huelga general, a la que se unieron variados sectores de la iniciativa privada y de la sociedad civil.

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