Nicaragua quedó atrapada en una de las mayores catástrofes ecológicas de su historia por la propagación de un incendio forestal en la Reserva Biológica Indio Maíz, una región rica en biodiversidad que está ubicada en el sureste del territorio nicaragüense y es aledaña al río San Juan, fronterizo con Costa Rica.

Datos oficiales confirmaron que el fuego, que se inició el pasado martes 3 de abril, ya arrasó con más de 4 mil 689 hectáreas de bosque y en las últimas horas avanzó a un promedio de tres kilómetros diarios, según la (no estatal) Fundación del Río, una organización dedicada a la conservación y el desarrollo del sureste de Nicaragua.

La zona, que en 2003 fue incluida en la Reserva Mundial de la Biosfera como Reserva de Biosfera de río San Juan por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), tiene una extensión de 263 mil 980 hectáreas y es una de las más grandes depósitos y pulmones de la biodiversidad en Centroamérica.

“Sí estamos ante una catástrofe y una gran emergencia”, dijo el nicaragüense Amaru Ruiz, presidente de la Fundación, al ser consultado este domingo por EL UNIVERSAL sobre la magnitud del fenómeno.  “La Reserva Indio Maíz es importante para la humanidad, pero lo es mucho más para los centroamericanos y, en particular, para los nicaragüenses”, alegó.

Por su parte, el ambientalista nicaragüense Jaime Incer, advirtió que “esta es posiblemente la catástrofe ecológica, más dramática que Nicaragua experimenta por la magnitud y por tratarse de una selva húmeda tropical”.

Citado este domingo por el periódico La Prensa, el principal rotativo de de ese país, describió que se trata de “un sistema muy delicado y muy valioso. Además, porque es una categoría de reserva de biósfera de carácter internacional y Nicaragua estaba comprometida a respetar, mantener y conservarla, cosa que nunca hizo”.

Ruiz lamentó que aunque el incendio empezó el martes, el gobierno nicaragüense se negó a declarar una alerta. “Luego de bastante incidencia a través de los medios de comunicación y redes sociales, en el tercer día el gobierno de Nicaragua se pronunció decretando (el viernes 6 de abril) una alerta amarilla, sobre todo porque las quemas o incendios forestales o agrícolas están sucediendo en gran parte del territorio”, subrayó.

Indio Maíz es el hogar de una amplia gama de especies de la flora y la fauna selváticas. Tucanes,  guacamayas, colibríes y loros conviven con venados, perezosos, jabalíes, pumas, jaguares, zorros, pacas, manatíes y diversas variedades de monos, así como iguanas, tortugas, cocodrilos, ranas venenosas y serpientes.

Acceso. En el decreto, que cubrió sectores del sur, norte, occidente y oriente de Nicaragua, el gobierno dictó la alerta “sobre la base del análisis del comportamiento de los incendios forestales y agropecuarios en el país, la existencia de abundante material orgánico seco en zonas vulnerables y de difícil acceso, las condiciones climáticas presentes y esperadas para los próximas semanas, así como las prácticas utilizadas para la preparación de la tierra para la siembra”.

“Es necesario intervenir con prontitud y eficacia para reducir los riesgos a que puedan exponerse familias, comunidades, áreas protegidas, así como bienes públicos y privados”, admitió.

El gobierno ordenó el desplazamiento a la zona de tropas del Ejército de Nicaragua.

De acuerdo con reportes difundidos desde la región en conflicto, hay escasez de agua y de equipos para atacar el incendio y los vientos de 50 a 60 kilómetros por hora provocaron que las llamas se propagaran con mayor rapidez.

En su cuenta de la red social de Facebook, Ruiz confirmó este domingo desde la mañana que “ahora” son unas 4 mil 689 hectáreas “impactadas por el incendio” y explicó que los datos fueron obtenidos con los reportes de los “puntos de calor” de los satélites Modis y Virs, de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA por sus siglas en inglés), de Estados Unidos.

En una cifra que mostró el acelerado avance de las llamas, Ruiz divulgó el sábado en Facebook que el reporte de ese día se ubicó en unas 3 mil 600 hectáreas dañadas, de acuerd0 con “nuestro último cálculo” sobre los daños del incendio y también basado en los recuentos satelitales acerca de los puntos de calor.

En una entrevista con EL UNIVERSAL, Ruiz contó que “la zona tiene un ecosistema con una rápida combustión por el contenido forestal de las palmas, que es un tipo de aceite o de resina. Eso se salió de las manos y de las capacidades que podemos tener (de respuesta) a nivel nacional”.

“Hay material seco que sirve para multiplicar y propagar el incendio. Es un material que fue derribado por el huracán Otto (noviembre de 2016) y eso aumenta las proporciones de vulnerabilidad que tiene ante este incendio. El incendio no ha sido controlado, porque Nicaragua no tiene medios aéreos ni materiales aislantes que se usan en los casos de incendio para contener los focos de avance”, informó.

Tras insistir en la urgencia de “la solidaridad internacional de otros países que afrontan casi diariamente estas situaciones, sobre todo en los países norte que constantemente sufren incendios forestales y tienen experiencia”, recordó que la solución solo llegará por dos vías. “O que llueva o que haya solidaridad internacional con equipos y medios aéreos y materiales que nos permita enfrenta esta situación”, narró.

Monitoreo. El periódico La Prensa reportó que el costarricense Diego Román, encargado de la Comisión Nacional sobre Incendios Forestales (Conifor) del Ministerio de Ambiente y Energía de Costa Rica, confirmó que en este país “estamos monitoreando el incendio”.

El foco principal del fuego, agregó, está a unos 19 kilómetros al norte de la frontera con Costa Rica pero con dos focos secundarios a unos 15 kilómetros. “El foco principal se mueve hacia el norte por los vientos, pero los dos secundarios sí avanzan hacia Costa Rica”, dijo.

Ruiz reveló que, a consultas de la Fundación, el gobierno de Costa Rica respondió que está dispuesto a cooperar con Nicaragua en el combate al fuego, pero que todo dependerá de las gestiones directas entre ambas naciones.

Al respecto, Incer destacó que la única forma de apagar el fuego es con la cooperación externa al gobierno nicaragüense, en especial el auxilio con helicópteros preparados para esas labores.

“Bastaría con que el gobierno de Nicaragua hiciera una petición y estoy seguro que tratándose de un tema de interés mundial nos ayudarían. De otra manera, no veo la forma de combatir ese fuego que se va internando al corazón de Indio Maíz, donde realmente, es difícil penetrar. No se puede apagar con los sencillos métodos casi artesanales con que se dispone para ese tipo de incendios”, puntualizó.

Guatemala y Honduras también intensificaron en las últimas horas la lucha para sofocar una serie de incendios forestales que amenazaron con propagarse sin control, tras devorar más de 18 mil hectáreas.

mdgm

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