Buenos Aires.— “Argentina está en emergencia”, dijo ayer el presidente Mauricio Macri tras anunciar una serie de ajustes fiscales que no fueron suficientes para contener a los mercados ni las críticas por parte de los trabajadores estatales y la oposición política.

El país adoptará nuevas medidas en pos de un equilibrio fiscal, mientras renegocia con el Fondo Monetario Internacional (FMI) las condiciones de un programa de ayuda de 50 mil millones de dólares para estabilizar su economía.

Miles de personas, en su mayoría trabajadores, se manifestaron ayer en Buenos Aires contra el rumbo económico y las mayores medidas de ajuste planteadas por el gobierno, que incluyen la reducción de la mitad de los ministerios.

Según las organizaciones de trabajadores, la reestructuración del Ejecutivo, que pasa de tener 19 a 10 Ministerios, y el recorte dentro de ellos “pone en riesgo miles de empleos”.

“En estos meses se desataron todas las tormentas juntas, pero no por eso vamos a perder las esperanzas”, declaró Macri. “Esta no es una crisis más (...) Argentina está en emergencia”, alertó el mandatario, quien pidió apoyo y unidad para avanzar en las reformas.

El gobierno anunció que pondrá un impuesto a todas las exportaciones para lograr mayores ingresos y así poder tender hacia el equilibrio de las cuentas públicas.

“Sabemos que es un impuesto malo, malísimo, pero es una emergencia y necesitamos de su aporte”, sostuvo Macri. “Tenemos que hacer todos los esfuerzos por equilibrar las cuentas del Estado”, dijo.

 

La primera reacción de los mercados a los anuncios fue negativa, con una depreciación del peso de 4.3%. El dólar se cotizaba ayer en 39 pesos, según el Banco Nación estatal, aunque sin alcanzar la marca récord del jueves pasado, cuando la cotización de la divisa estadounidense superó los 40 pesos y llevó al gobierno a elevar a 60% los tipos de interés.

En un clima social tenso por el alza de la inflación y medidas de austeridad ya en práctica, los anuncios azuzaron el malestar y una central obrera considera adelantar un paro general que había programado para el día 25.

Distintos sectores de la oposición argentina criticaron las medidas impuestas por el gobierno.

“Habla Macri y (...) anuncia el ajuste del ajuste. Más de lo mismo que da pésimos resultados. Argentina necesita cambiar el rumbo”, dijo el diputado kirchnerista Agustín Rossi a través de Twitter.

“Presidente, (...) convoque a la oposición, a los trabajadores y a los empresarios antes de que sea demasiado tarde”, le reclamó al mandatario el diputado Felipe Solá, del opositor Frente Renovador.

Desde el Fente de Izquierda, los dirigentes Nicolás del Caño y Myriam Bregman rechazaron los anuncios al señalar que el gobierno “olvida” que “las mayorías nacionales son cada vez más pobres y que un grupo de especuladores, banqueros y exportadores son los grandes ganadores de este golpe devaluatorio”.

Según la firma ING Economics, si con estos anuncios no se estabiliza la moneda, “será necesario contemplar opciones más drásticas, como un control de capitales”.

Argentina atraviesa una crisis que llevará al país a registrar este año una recesión mayor a la pronosticada, de acuerdo con el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.

La afección incluye un retroceso productivo, fuertes desequilibrios en las balanzas externas y un alza de la inflación que a julio llegó a casi 20%. Además, según cifras oficiales, en el primer semestre se perdieron 106 mil puestos de trabajo y los salarios cayeron en promedio 4.3% sólo en junio.

Hoy Dujovne expondrá en Wa-shington ante el FMI los detalles del nuevo compromiso que Argentina asume a cambio de acelerar los desembolsos previstos para 2019 y 2020. Desde junio recibió 15 mil millones de dólares y la semana pasada otros 3 mil millones.

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