El presidente Donald Trump se ufanó de tener un botón nuclear más grande y más poderoso que el que tiene el líder norcoreano Kim Jong Un, pero en realidad el mandatario en Washington no posee físicamente un botón.

El tuit emitido por Trump la noche del martes fue en respuesta al discurso de Año Nuevo ofrecido por Kim, en que profirió numerosas amenazas contra Estados Unidos, aseverando que tiene “un botón nuclear” en su escritorio y que “el territorio entero de Estados Unidos está en el rango de nuestras armas nucleares”.

Trump se mofó de esa aseveración y escribió, "¿Podría alguien dentro de su débil y hambriento régimen informarle que yo también tengo un Botón Nuclear, pero que el mío es mucho más grande y más poderoso, y que el mío sí funciona?”

Pero en realidad, a pesar de lo estridente de la retórica, Trump no posee ningún botón.

El proceso de lanzar un ataque nuclear es secreto y complejo e involucra el uso de un maletín apodado “la pelota” que es cargado por un edecán que acompaña al presidente dondequiera que vaya, y que está equipado con canales de comunicación y un manual con instrucciones bélicas.

Si el presidente desea ordenar un ataque nuclear, tendría que identificarse ante jefes militares en el Pentágono con códigos que sólo él conoce. Los códigos están grabados en una tarjeta que el mandatario lleva consigo en todo momento. El presidente tendría que transmitir la orden al Pentágono y al Comando estratégico.

Poco antes el martes, Trump parecía abierto a la posibilidad de un diálogo intercoreano luego que Kim realizó una inusitada invitación a Corea del Sur en su discurso de Año Nuevo. Pero la embajadora estadounidense ante las Naciones Unidas insistió en que esas conversaciones no rendirían fruto si no incluyen un mecanismo para eliminar las armas nucleares norcoreanas.

En su tuit, Trump aseguró que la campaña de sanciones y presiones diplomáticas contra Norcorea estaba produciendo resultados. Hizo referencia a la fuga de dos soldados norcoreanos que cruzaron la frontera militarizada a la carrera, y la declaración de Kim el lunes de que estaba dispuesto a enviar una delegación a los Juegos Olímpicos de invierno en Corea del Sur.

“Soldados norcoreanos están huyendo a Corea del Sur a pesar de los peligros. El hombre de los cohetitos ahora quiere hablar con Corea del Sur por primera vez. Esto es quizás algo bueno, quizás no. ¡Ya lo veremos!”

En respuesta a la gestión de Kim, Corea del Sur invitó a conversaciones de alto nivel el 9 de enero en la aldea fronteriza de Panmunjom para hablar de cooperación durante las olimpiadas y, en general, la manera de mejorar las relaciones. Corea del Sur anunció el miércoles que según la emisora estatal norcoreana, el gobierno de Pyongyang aceptó reabrir un canal de comunicación fronterizo

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