Jonathan Rocha Sánchez, junto con otras dos personas de Santa Rosa Jáuregui, fue secuestrado el 18 de agosto. Su cuerpo fue localizado el miércoles pasado cerca de la comunidad de Saldarriaga, en el municipio de El Marqués, a unos 40 kilómetros de su domicilio, constituyéndose en el primer habitante del municipio capitalino que sufre esta doble situación, de ser privado de su libertad y de su vida.

Su familia asegura que hay muchas anomalías en la investigación del secuestro del que fue objeto Jonathan, quien tenía 21 años de edad; incluso, su mamá asegura que en este hecho tiene que ver el ex patrón de su hijo, pues le encontraron el teléfono móvil y la gorra que el hoy occiso portaba el día del secuestro.

La madre de Jonathan no puede contener el llanto mientras relata: “La investigación tiene muchas irregularidades, a nosotros, los secuestradores nunca nos llamaron, los investigadores sólo se abocaron a encontrar al niño Jonathan, de 13 años, hermano del ‘patrón’ de mi hijo. A nosotros nunca nos contactaron y cuando nos hablaron fue sólo para que identificáramos el cuerpo de mi muchacho”, afirma.

El tío del joven se siente impotente. Refiere haber sido comandante de la policía en Naucalpan y suelta de golpe: “me siento ultrajado por parte de las autoridades de aquí, que manejan las leyes de una forma diferente a las de la ciudad de México”.

Ambos estuvieron presentes ayer cuando las campanas de la capilla anexa a la iglesia central de Santa Rosa Jáuregui comenzaron a tañer en señal de duelo. A ella ingresaba el féretro de quien en vida llevaba el nombre de Jonathan Rocha Sánchez.

El cortejo fúnebre que acompañaba el féretro se componía por su familia: madre, padre y hermanos del finado muchacho, quien trabajaba en la construcción y que el pasado día 18 de agosto fue sacado a la fuerza de una reunión en la que se encontraba en compañía de dos jóvenes más.

Después de 12 días sin información y llamadas al celular de Jonathan, en Santa Rosa Jáuregui, no se tenía información de su paradero ni de sus acompañantes.

El miércoles la familia recibió una llamada a las 5 de la tarde por parte de los agentes de la Dirección de Investigación del Delito (DID) que llevaban a cabo la búsqueda de Jonathan, que a decir de su familia era bueno y no tenía vicios. Una hora después, la mamá reconoció su cuerpo, que había sido localizado la mañana de ese mismo día en Camino Real, Barrio de la Palma, en la comunidad de Saldarriaga, municipio de El Marqués.

En ese momento la luz de esperanza que aún se mantenía encendida se extinguió y la madre del muchacho comenzó a preparar lo necesario para trasladar el cuerpo sin vida de su primer hijo a su casa en donde fue velado a partir de las 10 de la noche del mismo miércoles.

A las 11 de la mañana de este jueves, una vez terminada la ceremonia religiosa y en donde el padre de la iglesia dirigió palabras de aliento a los familiares, partió el cortejo encabezado por la camioneta que trasladaba el féretro en dirección al panteón municipal de Santa Rosa.

Con cantos, llanto y recuerdos de cómo fue Jonathan en vida, el grupo que lo acompañaba a su última morada caminó por las calles de la comunidad cuesta arriba para llegar al camposanto donde ya se había preparado la fosa y la lápida para recibir el féretro del joven que fue víctima de la delincuencia.

Tanto padres como hermanos y tíos del muchacho, dijeron que van a esperar a que la Procuraduría General de Justicia del estado les proporcione algunas respuestas en lo relacionado a la búsqueda y hallazgo del cuerpo de Rocha Sánchez.

Indicaron también que el culpable de esta tragedia es el “patrón” de Jonathan quien hasta el momento tiene en su poder el celular y lleva puesta la gorra del hoy finado muchacho, “yo lo he llamado al celular para hablar con él y lo he visto a lo lejos usando la gorra de mi hijo, pero no nos da la cara y creemos que él es quien está relacionado con los asesinos de mi muchacho”, aseguró el padre del joven quien prefirió no dar su nombre.

“Lo que sentimos es impotencia, pues fui comandante de la policía de Naucalpan de Juárez, Estado de México, y no pude hacer nada para localizar a mi sobrino; me siento ultrajado por parte de las autoridades de aquí que manejan las leyes de una forma diferente a las de la ciudad de México”, indicó el tío de Jonathan.

“No podemos hacer nada más, pero me gustaría que nos respondieran quién es el responsable de la muerte de mi muchacho, pero aquí se tardan mucho en hacer cumplir las leyes, tal vez porque somos pobres”, sostuvo el papá.

Todavía el martes de esta semana, los agentes de la DID habían dicho a los parientes de Jonathan que tenían una probabilidad del 99% de encontrarlo con vida.

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