Sin duda alguna, uno de los trabajos más tradicionales es el de los trabajadores del volante, tal es el caso de los taxistas, hombres y mujeres que a diario tienen la oportunidad de conocer cientos de personas, y las cuales le ofrecen a los amigos del volante, una nueva historia.

Ya sean alegrías, malas noticias, o hasta desamores, los trabajadores de los carros de sitio, tienen que aprender a escuchar y a dar consejos, pues en ocasiones y como aseguran, realizan hasta trabajos psicológicos.

Para Hortensia, madre de tres hijos y taxista desde hace 3 años, el incorporarse a este oficio, fue muy difícil, pues además de enfrentar el machismo, existe el riesgo de no saber con quién estas platicando.

Para Hortensia, este trabajo le ha comenzado a dejar más satisfacciones que preocupaciones, pues con el paso del tiempo ha comenzado a conocer los diferentes tipos de pasajeros.

En el caso de Joel Altamirano, joven de apenas 25 años de edad, el ser taxista no ha sido tan fácil, pues en sus 2 años de laborar como operador de carro de sitio, ha sufrido al menos 5 asaltos, el primero de ellos a una semana de haber comenzado a trabajar.

Según él, este trabajo es similar al jugar con fuego o como el trabajar con tigres en un circo, pues no se sabe en qué momento a la persona que se trae atrás pueda hacer que alguien se convierta en víctima.

“En ocasiones te tocan buenas personas, con las que vas platicando tan a gusto que hasta uno se va más despacio para no llegar tan rápido”, mencionó Armando Ventura, taxista con más de 20 años de experiencia. Todos coincidieron en que este oficio es de los más bonitos que existe.

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