El pit bull hembra, de nombre Blue, camina junto a su dueña. Luce tranquila, los movimientos del macizo cuerpo son delicados y graciosos. A una palabra de su dueña se echa en el piso y la espera mientras se aleja unos ocho metros, mientras a su alrededor juegan unos niños a los encantados, sin que el “peligroso” perro haga siquiera el menor intento de seguirlos. Esto se logra con amor, paciencia y un buen entrenamiento, afirma Ulises Hernández, entrenador de perros.

“Tengo ya ocho años dedicándome a esto, es algo muy ‘padre’, lo aprendí por ciertas circunstancias de la vida, pues lo único que tenía a un lado era un perro y lo aprendí, me gustó, además de que estaba interesado porque también mi primer perro fue un pit bull y sé la responsabilidad que hay que tener con estos perros”, indica.

Ulises se sienta a ver como Norma Dorantes, dueña de Blue, de 10 meses de edad, da órdenes a su mascota, que obediente camina a su lado, obedece la orden de sentarse y de esperarla mientras ella se aleja.

El entrenador de perros explica que su inquietud de entrenarlos, principalmente a los pit bull, surgió por la mala fama que tiene la raza, pues la mayoría de la gente cree que es peligrosa por naturaleza.

Señala que desgraciadamente muchos pit bulls acaban en malas manos, tanto de crianza como de cuidados, lo que hace que algunos desarrollen el instinto de pelea.

“Es verdad que este perro está hecho para pelear, hay que ser sinceros y muy claros: estos perros fueron creados para pelear, como crearon perros para que cuiden, otros para rastrear, otros para el pastoreo. Dentro del pit bull hay un gladiador nato, que ni siquiera hay que entrenar, y el mito de que son asesinos, violentos, es porque algunos ejemplares cayeron en malas manos”, subraya.

Lo que necesita la gente es informarse, hay mucha literatura; la especie es una buena mascota, incluso para familias con niños pequeños, obviamente bajo la supervisión de un experto y con información, afirma.

“A veces de cachorritos vemos al perrito y los enamora porque es muy tierno, pero no sabemos qué linaje tenga, ya que muchas veces la gente no se preocupan por una descendencia equilibrada”, enfatiza.

El problema es cuando las personas no se preocupan por conseguir un buen ejemplar, “que se informe de todas las características o cómo se desarrolla un perro, cómo hay que comunicarse con un perro, entre otras cosas. Con un perro que sabes su linaje, su carácter es más fácil empezar a educarlo”, acota.

El secreto es cómo se dirige el humano al perro, cómo lo educa y qué se le permite hacer, a veces se le “mandan” señales equivocadas al animal y actúa de acuerdo a sus instintos e impulsos.

En su página web, la Federación Canófila Mexicana cuenta con una lista de criadores de perros y una sección de recomendaciones que deben seguirse antes de comprar un cachorro de determinada raza.

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