“A las cuatro de la mañana me avisaron que las cosas estaban feas aquí. Pero lo importante es la gente de Amazcala”, dice Héctor Andrade, coordinador del Campus Amazcala de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), mientras recorre las instalaciones que se vieron afectadas por las lluvias e inundaciones que se registraron en la zona.

Andrade da testimonio de los daños que causó el agua en las instalaciones donde trabaja desde hace 35 años.

“Esto es consecuencia de los constructores que están haciendo porquerías allá arriba. Eso es lo que tenemos como consecuencia. Todo el cemento que están poniendo en Zibatá está generando unas escurrientías que normalmente no pasaban aquí”, señala.

“Aquí no hay tanto problema. Como sea, aquí son algunos animales ¿Pero el pueblo? Todos los trabajadores tienen sus casas inundadas. 150 casas que están inundadas allá abajo (en Amazcala), el río está desbordado. El agua viene con una corriente impresionante. Es la construcción, es el cemento que estamos poniendo por todos lados”, subraya.

Ayudados con motobombas y maquinaria, los trabajadores de la UAQ, así como estudiantes, ayudan a limpiar las zonas afectadas por las aguas. El corral del ganado bovino se inundó. Las reses caminan entre al lodo. El agua, dice el doctor Andrade, les llegó a los animales al pecho. Por fortuna, se actuó rápido y se desalojó todo el líquido.

Acepta que ha llovido de una forma inusual, tiene un mes lloviendo de manera constante, pero no como el miércoles.

Hubo ingreso de agua en las áreas de elaboración de queso y algunas instalaciones más.

Los alumnos ayudan a crear canales para que circule el agua y salga de algunos corrales que permanecen anegados. Dentro, cabras y ovejas se arrinconan mientras los humanos trabajan para darles un espacio sin agua.

El doctor Andrade dice que lo que pasó en la UAQ es un desgracia, pero quien más necesita ayuda es el pueblo de Amazcala.

El agua ingresa al campus a través de una barda de una propiedad que colinda con sus instalaciones. Otro problema que podría incidir para que el campus sufra de inundaciones es una pedrera que está a unos kilómetros de ahí, que ha cambiado el entorno, modificando los escurrimientos de las aguas de lluvia.

“Estamos perdiendo captación de agua. Aquí, en El Marqués, es una de las zonas que tiene la parte agrícola de riego, entonces siempre necesitamos que haya una buena recarga de nuestro manto acuífero. Eso se logra con lluvias, pero si ponemos pavimentos ni hay captación. Hay escurrimientos que se convierten en inundaciones, como las que vemos ahorita”, enfatiza.

Personal de la Dirección Estatal de Protección Civil llega al campus. Dialoga con el doctor Andrade, quien explica la situación y recorren el lugar, por el cual es complicado avanzar por la anegación que registra.

El personal de Protección Civil escucha con atención y ofrece un plan para apoyar, aunque el doctor Andrade insiste en que lo importante es la gente de la comunidad de Amazcala.

Horas más tarde, la rectora de la UAQ, Teresa García Gasca, visita en campus, donde supervisa las afectaciones y recuperar, lo más pronto posible, la normalidad en las actividades.

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