Para el encargado de Seguridad Pública, Héctor Benítez López, el fenómeno del grafiti no es un problema de inseguridad, sino de falta de valores familiares, declaró.

“Es un problema de orden desde el interior del hogar, cuando los padres inhiben la imagen de autoridad, los resultados son manifestaciones como la del grafiti”, afirmó.

Los daños cometidos por adolescentes menores de edad en los muros de las diferentes colonias de la ciudad son una forma de protesta que disminuirá si se propicia el apoyo a los padres para trabajar con las autoridades, explicó.

El origen del problema puede solucionarse hablando con los padres de los jóvenes. En el seno familiar es donde la imagen de autoridad debe ser retomada, y al mismo tiempo cambiar la imagen del policía como un agente represor; más bien tomar al guardián del orden como una pieza de apoyo que supervisa las acciones de la sociedad.

“Si los padres fueran copartícipes del evento y ellos también fueran sancionados no penalmente, sino con trabajos en favor de la comunidad, podría cambiar su manera de ver las cosas. Esta es una de las propuestas que se han hecho para terminar con este problema en la ciudad. Necesitamos iniciar la restauración del tejido social porque si nosotros seguimos tomando las mismas medidas, con policías que llegan a arrestar y detener a las personas, solo generaremos rencores dentro de la sociedad” explicó el secretario Benítez López.

Uno de los ejemplos de éxito que ha tenido el municipio capitalino en materia de prevención del grafiti fue en la delegación Santa Rosa Jáuregui, donde gracias al titular de seguridad del municipio, Héctor Benítez López, y el delegado, Manuel Santana, se realizó un concurso de grafiti; las madres de los muchachos comenzaron a integrarse con actividades lúdicas. El trabajo en materia de prevención depende de restaurar los lazos sociales y familiares.

Ahí se puede terminar con el resentimiento de los jóvenes si ellos comienzan a notar apoyo por parte de sus padres. Recibirán apoyo por parte de la misma autoridad; no se les detendrá si cuentan con autorización de los propietarios de las bardas.

“A mí me gusta plasmar las ideas que tengo, pero me he controlado, porque ya me detuvieron varias veces. La última vez me mandaron al tutelar y no me gustó que me dijeran qué hacer, por eso mejor pido permiso” afirmó uno de los artistas urbanos de nombre Axel “N”.

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