Para algunos queretanos, la Navidad y el Año Nuevo tienen el significado de dar y compartir con sus semejantes, sobre todo con aquellos que más lo necesitan.

Leticia Santamaría Vázquez salió en compañía de sus ahijados y familiares al centro de la ciudad para hacer un acto humanitario.

Esta familia se congregó en el Jardín Zenea para repartir rebanadas de pastel de vainilla o chocolate, así como de los panes marmoleados y demás dulces a los pobladores indígenas que habitan en la capital del estado.

“Soy madrina de casi todos los niños que están aquí. Entonces, de alguna manera, hacer ésto es dejarles y enseñarles a mis ahijados que en estas fechas necesitamos dar a los demás, procurar el servicio, la entrega y la gratitud”, refirió Leticia Santamaría.

Expresó que cada año acude con sus hermanas, sobrinos y ahijados, para que su familia conozca y sea consciente de que ellos recibirán regalos en Navidad y Año Nuevo, pero que otras personas no corren con la misma suerte por diversas situaciones y, por eso, hay que ayudar.

Leticia explicó que salir a las calles ha dar una sonrisa o un dulce a las personas significa enseñar a su familia a compartir lo que tienen. Aseguró que así, sus sobrinos se darán cuenta que aportan un momento de alegría a una persona, pues para algunas personas no es tan fácil tener a su alcance pasteles y juguetes.

“Ellos (sus sobrinos) de alguna manera recibirán regalos, pero hay quienes no los podrán tener. Entonces, es como una muestra de cariño y es lo que les puedo dejar como madrina a mis ahijados”, externó Leticia Santamarina.

Karina Santamaría Vázquez, hermana de Leticia, aseguró que es importante que los niños aprendan a dar a los demás y enseñarles a ser generosos.

“Yo creo que siempre es bueno compartir. Además, como somos muy unidos como familia, seguimos a quien se le ocurre algo ahí vamos porque es parte de la solidaridad y la unión y así se fortalece la parte familiar y bonita”, dijo.

Un conjunto de 10 niños aproximadamente, con pasteles en mano, repartían pasteles con alegría y se emocionaban por poder ayudar. Todos portaban una sonrisa en el rostro.

El pequeño Marcelo Castillo, uno de los niños que hacían la entrega, expresó que hacer esta actividad le gusta, pues le complace ver que todas las personas sean felices y sonrían siempre.

“Esta es una obra para que podamos hacer que otros niños sean felices y nosotros podamos donarles un poco de pastel y unos dulces. Me hace feliz ésto, porque ayuda a que las personas que los reciben estén sonriendo y tengan un poquito de alegría en estas fechas”, expresó Marcelo Castillo.

Google News

TEMAS RELACIONADOS