Trabajadores de Ferromex no coinciden con la forma de pensar de los habitantes, aseguran que un hecho como el ocurrido en San Nicolás representa pérdidas millonarias para la empresa ferroviaria, ya que significa incumplir con las firmas que los contrataron para el traslado de sus mercancías y daños a los vagones por los saqueos constantes. Por lo que Ferrocarriles no podría estar involucrado en los delitos, defienden.

Dos empleados de la empresa ferroviaria, que omiten su nombre porque no se les permite declarar, aseguran que el robo a vagones ha incrementado en el territorio queretano en los últimos años.

Ellos están asignados a la zona de Irapuato, en Guanajuato, pero les toca acudir a esta entidad y a Hidalgo para atender cualquier percance que provoque daños a la infraestructura de Ferromex.

Con 34 y seis años de labor en Ferrocarriles, ambos empleados advierten que en otros puntos de las vías los ladrones suelen cerrar los angulares para provocar que el tren frene su marcha y puedan abordarlo, el caso de Tequisquiapan es grave porque se forzó la apertura de las puntas en el cambio de vía, maniobra que inevitablemente provocaría el descarrilamiento.

“Esta vez fueron pocos vagones, pero el accidente pudo ser peor, quienes hicieron esto no se imaginan el riesgo en el que están y el peligro en el que ponen a toda una población, porque no se sabe si lo que carga el ferrocarril puede ser material peligroso”, refiere uno de los trabajadores.

La buena noticia de este incidente es que sus compañeros operadores de las máquinas no perdieron la vida, pero pudo suceder, recapacitan.

Algunas mujeres de la localidad llegan a la zona de vías, se sorprenden al ver las máquinas volcadas pero se retiran en poco tiempo, esperaban que hubiera maíz como en otras ocasiones cuando han saqueado el tren.

“Los vigilantes de las vías nos dejan recoger los granos, dicen que es mejor que las vías estén limpias, casi siempre derraman maíz cuando roban, a veces es trigo pero es difícil sacarlo de la grava, nos traemos cubetas y nos llevamos el maíz, es poco, lo usamos para nuestro consumo”, comenta una de las mujeres.

Por el lugar también han quedado bultos de cemento tirados, pero para los lugareños no es un artículo atractivo, se moja y se echa a perder; pocas veces piensan en que los materiales que quedan en las vías son producto de un hurto mayor, mientras se los permitan, seguirán acarreando maíz para sus hogares.

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