Mañana, tarde y noche, Enrique recibe a todos sus pasajeros con una sola frase: Buenos días, buenas tardes y buenas noches, ya sea el caso, y para quienes ya lo conocen, agrega la pregunta ¿cómo está?

Son detalles que marcan la diferencia en el servicio además de que no suele avanzar a velocidad exagerada. Enrique cuida su trabajo y a sus pasajeros, porque gusta de lo que hace y sabe que ahí está la diferencia con los demás.

“A los operadores siempre se les ha tratado mal, pero estoy de acuerdo que hay muchos que se pasan, yo mismo los he visto y te preguntas porque son así, en cambio, estamos algunos otros que tratamos de hacer lo mejor del oficio” afirmó el conductor.

Enrique también ha tratado de permear entre sus compañeros una buena actitud de servicio.

“Les he dicho que ocupen el gracias y por favor, que saluden con buenos días o buenas tardes, cosas así que también repercuten en la gente que aborda, les he dicho que no cuesta mucho ser amable, si pone uno en práctica esos detallitos se hace más amena la jornada, el trabajo se hace con gusto pero si no lo hacen el conductor va con cara y se hacen eternas las vueltas, ya es cuestión de cada quien.

“Creo que algo que ayudaría un poco es decirle a los operadores que sean amables con la gente porque en este caso estamos dando un servicio y eso le da un giro total a todo”, acotó el conductor de la ruta “D”, que cree totalmente que hay que dar lo mejor que está al alcance de cada persona.

Su actitud lo ha sacado de apuros, pues los operadores sufren por la falta de monedas de 50 centavos, por lo que Enrique ha contrarrestado dicha situación preguntándoles a los pasajeros si tienen algunas para que se las cambie. “A mí me funcionó y les he dicho a los compañeros que lo hagan, pero les da pena”. Enrique tendría que buscar algún checador que le proporcione cambio, pero a ellos se les entrega 50 pesos y entregan 40 pesos en monedas de 50 centavos, es decir, cobran 10 pesos por el cambio y a la larga no conviene.

Ahora que se avecina un cambio más en el sistema de transporte queretano, Enrique está de acuerdo con la construcción de los ejes estructurantes porque significan un orden para la ciudad.

Y mientras llega la renovación del sistema de transporte, Enrique mantiene su rutina los días lunes, martes, jueves y sábados, días en los que sin parar pasa más de 16 horas atrás del volante, siempre con buena actitud, pues es un operador de transporte público que disfruta de su trabajo aunque paguen justos por pecadores.

Google News

TEMAS RELACIONADOS