Una distinta vestimenta, rasgos que definen su origen étnico y un caminar pausado en espera de vender alguna de sus mercancías, son características visibles e innatas de las mujeres indígenas que proceden de su lugar origen a fin de conseguir ingresos que sirvan como sustento en sus comunidades y de los integrantes de su familia.

Mujeres indígenas acuden habitualmente a la capital, provenientes de sus pueblos natales buscando ingresos que difícilmente pueden obtener en sus hogares. La metrópoli, los comercios, los turistas, suelen ser propicios para este sector que ve en la capital la posibilidad de recaudar ingresos, ya que para quien prefieren quedarse en su lugar de origen las oportunidades son pocas.

La venta de flores y de artesanías son algunas de las labores que diariamente realizan con la finalidad de obtener recursos que les permita regresar a su orígenes, donde —a la mayoría— los esperan sus familiares.

Tanto en la capital, como en los municipios considerados turísticos, es común observarlas cuando venden las tradicionales muñecas otomíes que ellas mismas elaboran. Cuando su recinto es la capital, tiene la opción de dormir en albergues, pero muchas veces prefieren ahorrar ese dinero y eligen dormitar en alguna banqueta la ciudad.

Es fácil reconocerlas porque conservan su atuendo étnico, el cual suele ser objeto de discriminación. Pero así como pasan por situaciones discriminatorias, también son admiradas por turistas, quienes comprar sus artesanías.

Vender artículos, en ocasiones llega a ser complicado, porque en su mayoría carecen de un permiso administrativo que avale su permanencia como vendedoras; por lo tanto son retiradas por los inspectores.

Además de las mujeres indígenas que recurren a capital, hay quienes prefieren quedarse en su lugar de origen y laborar en un sitio donde les proporcionen la oportunidad de vender.

María de Jesús Martínez Anaya es una de las muchas amas de casa que hay en Santiago Mexquititlán. Es una mujer de origen indígena que a causa de las dificultades económicas, —al igual que un gran número de sus conocidas— hacen trabajos de limpieza doméstica, pero la carencia también se presenta en los trabajos alternativos a los que recurren, pues asegura recibir 70 pesos por día de trabajo.

Las condiciones de trabajo de estas mujeres no están reguladas ni mucho menos reciben algún tipo de prestación, por el contario, María afirma que es muy pesado porque las señoras para las que trabaja en ocasiones no respetan su hora de salida ni sus días de descanso.

Estadísticas

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2010) refiere que las lenguas indígenas más habladas en Querétaro son el Otomí, con 24 mil 471 hablantes; Náhuatl, mil 429; Mazahua, 579 y las lenguas Zapotecas con 302 hablantes; lo que indica un número proporcional al de los integrantes de las mencionadas comunidades étnicas.

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