En 2007 la Universidad Autónoma de Querétaro postuló a Hugo Gutiérrez Vega para el premio “Reina Sofía Poesía Iberoamericana”. Y a José Jaime se le ocurrió que para completar el expediente de postulación se anexaran firmas de escritores mexicanos. El problema fue que todos los escritores destacados de México estaban en Cartagena de Indias, Colombia, en el cuarto Congreso Internacional de la Lengua Española, que fue dedicado a Gabriel García Márquez.

Así que Angélica María y José Jaime se fueron a Cartagena de Indias, sin conocer a nadie, sin tener acreditaciones para ingresar al congreso. Llegaron y a nombre de la UAQ comenzaron a buscar a los escritores para pedir su firma. Aquello fue una aventura con gratas sorpresas y algunos malos ratos, que sólo pueden contar fuera de grabación.

“Básicamente caminé todas las calles de Cartagena”, dice Angélica María. “Lo que hacía era ir en hotel a buscar gente, por ejemplo, esa candidatura estuvo respaldada por Carlos Fuentes, (Carlos) Monsiváis, José Emilio Pacheco, que él también era candidato, nosotros ni lo sabíamos, pero nos acercamos al maestro José Emilio Pacheco”.

Y el autor de Las batallas en el desierto se convirtió en el salvador de Angélica María y José Jaime, en un momento complicado que vivieron con otro participante del congreso.

José Emilio, quien trataba de escapar de un grupo de reporteros, tomó de la mano a Angélica María y junto con José Jaime se fueron corriendo, lejos de tantos ojos que los miraban con desconcierto.

Pero Pacheco tenía que atender un asunto personalísimo y les dijo, siendo él candidato al mismo premio: “Espérenme aquí, porque al rato va haber una velada poética, donde va a haber muchos poetas, para que ahí consigan más firmas para Hugo”. Y ellos esperaron. Al regresar los reporteros ya lo esperaban, entre tanta gente, Pacheco perdió de vista a los enviados de la UAQ y preguntó entre la multitud de reporteros: ¿dónde están los niños de Hugo Gutiérrez Vega? Ellos levantaron la mano diciendo: Aquí, aquí estamos.

José Emilio Pacheco, Carlos Fuentes, Carlos Monsiváis, Juan Gelman, William Ospina, Javier Garciadiego, Gonzalo Celorio y Ángeles Mastretta dieron su firma, reconociendo el trabajo poético de Gutiérrez Vega.

Estando en la tierra de García Márquez, y sabiendo que el colombiano y Hugo se conocían, fueron a tocar hasta la casa del creador de Cien años de soledad, para pedir su firma. No lograron verlo, pero “Gabo” se comprometió a enviar la carta a España, para respaldar la candidatura.

Después de aquella aventura en Colombia, en 2008 comenzaron las entrevistas para formar Itinerario de Vida, inspirados en el libro Cien horas con Fidel, entrevista realizada al entonces presidente cubano Fidel Castro, por el periodista Ignacio Ramonet.

Ahora, confiesan, no sabían en lo que estaban metiendo. “Hugo es una gran persona, un gran conversador, una persona con una memoria privilegiada y en ese sentido fue muy sencillo hacer el libro”, dice José Jaime. “Y la gente reconocía a Hugo como escritor, como diplomático, como intelectual, qué dijimos, ¿cómo le vamos a hacer? No vamos a poder plasmar todo, porque las facetas de Hugo son tantas que podría dar 10 libros más para escribir sobre su vida”.

Las últimas palabras. ¿Qué fue lo último que hablaron con Hugo?, Angélica María y José Jaime se miran, sincronizados lanzan un suspiro profundo, nostálgico, porque ellos acompañaron a Hugo hasta el último instante de su vida.

“Pudimos estar cerca de él en sus últimos días y momentos, el día que falleció, el viernes 25 de septiembre, estuvimos todavía con él en su habitación y ese día, ya muy malito pero consiente, todavía nos preguntó ¿y cómo está la Universidad? Hasta en sus últimos momentos siempre estuvo pendiente de la Universidad, pendiente de los estudiantes, de los Cómicos de la Legua y de la ciudad en general, de lo pasaba en Querétaro. Nos sentimos muy afortunados y bendecidos por estar con él hasta ese día”, dice José Jaime.

En su memoria quedará el recuerdo de Hugo Gutiérrez Vega, como un hombre incansable, sensible, humanista, optimista, un ser que a pesar de todo creía que México podía cambiar, puede cambiar, lo mismo que el mundo entero.

Fuera del Itinerario de vida, hay un sinfín de anécdotas que Angélica María Aguado Hernández y José Jaime Paulín Larracoechea mantienen en el recuerdo, algunas quizá quedarán sólo para ellos, como un tesoro personal, otras tal vez con los años pueden ser publicadas. A un año de la muerte de Hugo, aún es muy pronto decidir.

Para la realización del libro Hugo Gutiérrez Vega Itinerario de vida, 80% de las entrevistas fueron videograbadas y Angélica María y José Jaime conservan un archivo fotográfico de tantos momentos junto al poeta, diplomático, periodista y ex rector de la UAQ. La recopilación de todo ese acervo podría ser un próximo proyecto para “los niños de Hugo Gutiérrez Vega”.

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