El Mercado Escobedo estuvo de fiesta ayer. Para la ocasión, vistió sus mejores galas y se preparó para la ocasión especial, pues no todos los días se cumplen 50 años, que fueron los que celebró el tradicional centro de abasto de cientos o quizá miles de familias queretanas desde hace medio siglo.

El festejo inició con la celebración de una misa, a cargo del obispo de la Diócesis de Querétaro, Faustino Armendáriz, oficiada a un costado del mercado.

El jerarca católico, junto con el gobernador José Calzada y el alcalde Roberto Loyola, develaron la placa conmemorativa de los 50 años del mercado, en compañía de la secretaria general del mercado, Gloria Angélica Vázquez.

El mandatario estatal recordó que junto con su familia acudía a Escobedo a surtirse de fruta, principalmente, al tiempo que felicitó a los locatarios por 50 años de trabajo y dijo sentirse contento por estar en el lugar y en los festejos de este lugar que aloja a 840 locatarios.

El mandatario estatal agradeció al obispo Armendáriz su presencia en el festejo del Mercado Escobedo, y a quien los asistentes le brindaron un caluroso aplauso.

Luego del protocolo y los discursos, vino la comida, no sin antes recorrer uno de los pasillos del mercado, en compañía de su esposa, Sandra Albarrán, el presidente municipal, Roberto Loyola, y su esposa, Lucy Huber.

Este año, para mejorar el mercado se invirtieron 750 mil pesos para dignificar los espacios, además de la promesa del gobernador de trabajar en mejorar el drenaje del pasillo central, para evitar inundaciones durante el periodo de lluvias.

El recorrido hacia el auditorio del mercado fue lento por esa razón. Dentro del recinto ya esperaban los invitados, un conjunto de cuerdas, que amenizaría la comida esperaba para entrar en acción, los organizadores afinaban los últimos detalles para la comida, todo tenía que salir perfecto, de manera espacial, pues no todos los días se cumplen 50 años.

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