E l histórico parque se ha convertido en otra alternativa que tienen los queretanos para pasar un rato de esparcimiento pero también una excelente opción para quienes prefieren hacer ejercicio y correr dentro del lugar, pues la sombra que ofrecen los árboles y los senderos que tiene alrededor lo hacen muy atractivo para realizar esta actividad al aire libre dentro del ajetreo y tráfico de la ciudad.

La Alameda Hidalgo abrió sus puertas en 1804, lo que significa que lleva más de 200 años permitiendo el paseo de los habitantes y visitantes del estado.

Por sus avenidas han paseado grandes personajes como Maximiliano, Porfirio Díaz, Francisco I. Madero y los diputados constituyentes de 1917.

Este legendario parque arbolado se debe al Corregidor Ignacio Ruiz Colado, quién inicio la plantación de los árboles en 1793. Cuenta con una bella balaustrada y cuatro pórticos en diferente estilo, construidos en época reciente.

Durante estos más de 200 años de existencia de este de la Alameda se han establecido: un hipódromo, palenque de gallos, paseos en carretas, bicicletas y a sus alrededores: una pista de circo y el famoso tianguis “Pueblo nuevo”.

A pesar de que a la Alameda se le han dado muchos usos y tenido contratiempos en cuanto a su terminación, nunca dejó de ser un punto de reunión o de paseo obligatorio, incluso cuando la estación del ferrocarril o la llegada de los primeros automóviles comenzaron a introducirse en las calles aledañas.

La estatua erigida a Miguel Hidalgo y Costilla, que forma parte de la Alameda, está en el centro y en medio de la fuente, es una hermosa escultura al Padre de la Patria, realizada en la “Fundición Artística Nacional”, del pueblo de Tacuba, ahora parte de la ciudad de México.

La portada, estilo toscano, que tiene actualmente la Alameda, fue diseñada por el maestro Agustín Rivera y Antonio Loyola Vera, la herrería es de los hermanos, Martínez Lázaro y Domingo Galván.

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