Las cifras de incidencia juvenil en faltas administrativas registran un aumento de casi 10% en el último trienio en la capital queretana, de acuerdo con el titular de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM), Juan Marcos Granados Torres.

Según datos proporcionados por Granados, en 2010 los jóvenes ocupaban apenas 11% de las detenciones por actos de este tipo, mientras que en 2012 la cifra se incrementó a 20%, teniendo una continuidad hasta el día de hoy.

Manejar en estado inconveniente, alterar el orden público e ingerir bebidas alcohólicas en vía pública, son algunas de las faltas en las que más incurren jóvenes menores de 22 años, principalmente.

“Existe un repunte muy importante de los jóvenes que es muy significativo si tomamos en cuenta que hace tres años la cifra era de 11%, por ello la cifra que tenemos del año pasado si es alarmante”, destacó Granados Torres.

El incremento registrado representa focos rojos en el municipio y estado, detalló el funcionario, debido a la cantidad de jóvenes que viven en la zona metropolitana.

Explicó que los programas implementados por el municipio son de suma importancia, dijo, porque se enfocan en la prevención a través de restablecer vínculos familiares y lugares de esparcimiento.

Granados lamentó que en diversas zonas de la entidad municipal han sido detectadas pandillas con líderes de entre 35 y 40 años de edad, que cuentan con integrantes que van desde los 14 años.

“Jóvenes que se identifican con un grupo, o un sector que causa problemas en la sociedad, pero que forman parte de este grupo colectivo, cuando deberían estar formando parte de un equipo de fútbol o de algún otro esquema”, agregó.

Las causas más frecuentes en estos problemas de índole social, dijo, se ha detectado que son la desintegración familiar, problemas económicos y entornos sociales “son los que vienen degenerando mucho el esquema del bien vivir de los jóvenes”.

Colonias como Satélite, Lázaro Cárdenas, San Francisquito, Peñuelas, Menchaca y sus alrededores, son algunas de las principales en las que proliferan las pandillas que, además, registran actividades como robos a vehículos y asaltos a transeúntes.

Una de las principales herramientas para el combate de este fenómeno social, es el Centro Integral de Prevención Social (Cipres), edificado por el gobierno municipal de la pasada administración.

El Cipres albergó durante su primer año de operación a cerca de 74 mil usuarios, según cifras de la dependencia, y tiene como objetivo crear la cultura de prevención del delito, principalmente en jóvenes, quienes con actividades lúdicas y recreativas aprenden a diferenciar actividades ilícitas que deben erradicar de sus vidas.

Además cuenta con espacios deportivos que permiten a sus usuarios esparcir sus mentes, lejos de las calles y vicios.

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