Don Martín Ruiz Yáñez, de 66 años, se inició en el oficio de aseador de calzado a la corta edad de 11 años. Una labor que le ha dado para vivir y lo ha llevado a conocer entre sus clientes a muchos tipos de personas y carácteres. Mientras desempeñaba su oficio a lo largo de los años, quiso mantener una familia; sin embargo, reconoce que no es nada sencillo, por lo que actualmente lleva una vida solitaria. El oficio, que se originó en la década de los 30, aún deja para vivir, aunque son menos los boleros que han sobrevivido el paso de los años y al desarrollo de la capital queretana.

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