El robo de combustible representa un grave problema para los gasolineros establecidos en el estado de Querétaro, pues mientras el gremio invierte importantes cantidades de dinero en cumplimentar la ley, los huachicoleros se acercan cada vez más a la entidad ofertando gasolina a bajo precio y sin pagar por los permisos.

Así lo comentó en entrevista Enrique Arroyo, gerente de la Unión de Estaciones de Servicio del Estado de Querétaro, quien dijo que es preocupante el crecimiento de la problemática a nivel nacional, de seguir así afectará significativamente y en el mediano plazo a los empresarios del ramo.

“Vemos en este caso que la distribución se está dando de una manera muy alarmante aquí en la región, sobre todo en el estado vecino de Guanajuato, es preocupante para nosotros porque estamos demasiado regulados pagando permisos, lineamientos y nueva infraestructura”, comentó.

Explicó que los dueños de estaciones de servicio en la entidad han tenido que hacer inversiones importantes para estar al día en los requerimientos técnicos que solicitan las autoridades y con ello poder operar de manera legal en la entidad, lo cual, dijo, se ve reflejado en una afectación en las utilidades por la venta de los combustibles.

Tenemos una sobrerregulación actualmente. Ahora tenemos que gastar en laboratorios para la calidad de los combustibles, tenemos que invertir en tableros para mostrar los precios y tenemos que implementar programas de administración que nos regula la Agencia de Seguridad, Energía y Medio Ambiente. Tenemos que pagar servicios a la Comisión Reguladora de Energía”, agregó.

Tan solo en la implementación de un sistema de recuperación de vapores, con el que deben contar cada una de las estaciones, los dueños de las gasolineras deben desembolsar poco más de un millón de pesos, mientras que el tablero de precios tiene un costo por encima de 200 mil pesos.

Además, cada estación debe contar con personal administrativo permanente para reportar los gastos diarios de compra y venta de los combustibles, así como la limpieza constante de los tanques y la calibración permanente de los dispensadores, todo esto, dice Arroyo Enzastiga, repercute en el precio de los combustibles.

“La verdad es que es muy costoso y la lista de cumplimientos es bastante larga”, precisó.

Comentó que derivado de la creciente problemática, es probable que en breve soliciten a las autoridades de Pemex una mayor vigilancia y seguridad para evitar que avance el problema de las tomas clandestinas.

bft

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