Alrededor de 10 mil pesos le costó a Javier iniciar su negocio, el cual funcionó varios meses sin tener la licencia de funcionamiento correspondiente que otorga el municipio de Querétaro.

El laborar así provocó que un jueves por la tarde, cuatro meses atrás, cuando Javien regresaba de recoger a sus dos hijas de la escuela, recibiera una llamada de su esposa que le avisó de la presencia de inspectores municipales, quienes colocaron sellos de clausura en el establecimiento por falta de licencia de funcionamiento.

La única fuente de ingresos es su verdulería, ubicada en avenida Insurgentes de la colonia Satélite; en el negocio trabajan todos los días, sus hijas también se sumaban a atender a los clientes y para mantener en orden el lugar.

El intento de Javier para hablar con los inspectores y convencerlos de que le dejaran el negocio abierto mientras hacia los trámites correspondientes fue en vano, dado que los sellos de clausura fueron puestos.

Al día siguiente, desde temprano, fue al Centro Cívico para regularizarse. Tuvo que pagar una multa de ocho mil pesos por trabajar sin permiso.

Además, por tramitar la licencia de funcionamiento, le cobraron 450 pesos; también cumplió con un pago de mil pesos, por concepto de un curso de Protección Civil y primeros auxilios.

En total, gastó nueve mil 450 pesos para obtener su licencia de funcionamiento y retirar los sellos de clausura de su negocio, situación que hubiera podido evitar, si hubiese hecho sus trámites desde un inicio, sólo habría pagado mil 450 pesos.

Por hacerles caso a varios amigos, Javier abrió su negocio sin antes haber tramitado la licencia de funcionamiento.

“Nunca se me ocurrió ir a tramitarla antes, muchos amigos me dijeron que así me pusiera mientras (...) Lo dejé para después, y el después me trajo problemas (...) Pasaron los inspectores y pusieron los sellos, no nos notificaron antes y lo que tengo entendido es que te avisan dos o tres veces y te dejan un papel (...) Me urgía arreglar la situación porque es producto perecedero y como es sólo un piso se calienta y se echan a perder las cosas”, detalló.

Javier siempre se ha dedicado al comercio, él proviene del Estado de México y dice que el panorama para fin de año no pinta bien debido a que las ventas no han incrementado como lo hacían en su estado de origen años atrás.

“Están bajas las ventas, año con año van a la baja y éste no está muy bueno, lo que me ayuda mucho es como tengo acomodada la mercancía y hay un espejo en el interior del local, eso ayuda a que se vea más producto”, comentó.

Ahora ya sabe que a más tardar, en marzo de 2018 tiene que ir de nuevo al Centro Cívico para hacer la renovación de licencia de funcionamiento para evitar otra multa y el cierre de su negocio.

“Es por un año, pero requiero renovarla durante los primeros meses, sino se acaba el plazo y pueden venir y clausurarme otra vez y pagar la multa de nuevo”, refirió mientras se reía al recordar el día que lo multaron.

“Ya estoy más tranquilo, sin estar pensando que van a venir, porque después de arreglar todo regresaron y checaron los permisos, extintores, luz de emergencia, señalética, lo bueno es que ahora sí tengo todo en regla”.

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