Miles de peregrinos queretanos siguen su camino de fe hacia la Basílica del Tepeyac para ver a la Virgen de Guadalupe, un encuentro que cada día ven más cerca, esto pese a las inclemencias del tiempo como lluvia, hambre, cansancio y soledad.

Con los pies cansados de tanto andar, con los labios partidos y con ropa sin cambiar dese hace ya varios días, no es suficiente para que los peregrinos detengan su camino, ya que su devoción y su esperanza es más fuerte que el cansancio que pueda llegar a sentir.

Sin embargo, son ya 14 días los que han pasado desde su marcha, periodo en el que no flagela su fe hacia la “Morena del Tepeyac”, como muchos de ellos la nombran, sino que al contrario, se fortalece. A tal grado de que abandonaron sus trabajos para cumplir con su deber y promesas hechas a la Virgen.

Este es el caso de Juventino Vázquez García de Ezequiel Montes, quien con seis años de ser peregrino, en sus primeros cinco años participó en esta caminata como auxiliar de alimentos y de vigilancia en las columnas. Sin embargo este año su participación se limita únicamente a la devoción.

Explicó que antes de iniciar la peregrinación era obrero en una fábrica de costura, en donde solicitó a sus patrones permiso para ausentarse dos semanas, debido a su participación en la peregrinación, situación a la que se negaron, obligándolo a renunciar.

“El participar en la peregrinación, es un tradición que viene desde mis padres y abuelitos, es una herencia de familia, y por esta fe se dejan muchas cosas, en mi caso mi trabajo, ya que mis patrones no me dieron la flexibilidad para poder ausentarme tanto tiempo”, aseveró.

Comentó que en años anteriores sus patrones habían sido comprensivos y le otorgaban permisos para participar. Sin embargo y por cuestiones económicas de la empresa, en la cual tenía 14 años laborando, este año la ausencia le fue negada.

“Es más grande la fe, ya regresando a ver que nos dice la Virgencita, mi esposa también me apoyo en la decisión, me dijo: ‘vete, ya después Dios y la Virgen intercederá por nosotros y te ayudará a encontrar otro trabajo’”, recordó.

Don Juventivo cuenta que se arriesgó a participar en la peregrinación, aún con la zozobra de no saber con lo que pasará cuando acabe ésta, ya que regresará a su comunidad en busca de un nuevo trabajo, así como a seguir “estirando” los pocos ahorros que tenía durante sus años de trabajo.

“Le dejé a mi esposa poco dinero para estas semanas y ahorita sólo quedan unos cuantos pesos para seguir el caminar, esperamos que los que nos queda sean suficiente para seguir hasta llegar con la Virgen Morena”, comentó.

Asimismo dijo que el participar durante seis años en la peregrinación ha cambiado su vida, sobretodo ha generado un mayor acercamiento con Dios, ya que tanto su familia como él vivían alejados de la religión, sin tener fe, ni creencia.

“Es algo que no tenemos palabras para decir a la Virgen, es una fe muy grande y agradecimiento, porque gracias a este caminar es que nos hemos acercado a Dios”, señaló el caminante que no se detiene.

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