“La primera antorcha con la que corrimos era un palito con una lata de chiles”, cuenta don Genaro Zacarías Velázquez, quien hace 68 años comenzó con la ahora tradicional “Carrera de la Libertad”, cuya meta es Dolores Hidalgo.

Don Genaro narra que esta carrera fue un sueño que comenzó con José Luis Herrera Pimentel y él. Con el tiempo tomó la batuta para la organización de la carrera, allá en la década de los setenta, con jóvenes del barrio de Santa Ana, con quienes hizo una carrera de San Miguel de Allende a Querétaro.

“En San Miguel no salía nadie, más que nosotros, y eso fue una semilla que se sembró. Ahora salen muchos corredores de San Miguel y de Dolores, pero fuimos nosotros los que pusimos esa semilla”, explica.

Hace 35 años, indica, ya se hizo la carrera con todo el acto protocolario como hasta la fecha, con el apoyo de autoridades de aquel entonces y de sus hijos, que siempre lo apoyan e impulsan para continuar con esta tradición única en todo México.

“Cuando la corrí por primera vez fue una cosa única, muy bonita, porque nos estuvimos preparando. Hubo unas eliminatorias de tres kilómetros para ver quienes íbamos. Yo califiqué para ir esos tres kilómetros”, relata.

La organizó don José Luis Aguilera Pimentel y la anécdota de esto es que iba un maestro junto con el profesor Adolfo Lara, y me tocó correr, pero me dije: "mientras corren todo me voy a echar un sueño, pero al siguiente hit me bajó (el acompañante de profesor Lara). Me preguntaron si la traía conmigo, y les dije que sí, porque anduvo tras una muchacha que no le hizo caso, y andaba conmigo”, comenta don Genaro mientras ríe.

Ya en Dolores Hidalgo, el profe Lara dijo que quien entregaría el mensaje sería Antonio Guerrero El Matalote y quien entregará el fuego simbólico sería él, a quien conocían con el apodo de El Zacate, porque había sido el que más había corrido, con lo que tuvo su revancha inmediata a la venganza de su rival de amores.

Recuerda que en esa primera vez llovió, y que a un soldado que hacía guardia al presidente se le quemaba la camisola y no se movía de su posición, hasta que fue alguien más a apagar la prenda.

Con el tiempo se les unió un hombre de Santa Rosa Jáuregui, quien tenía un grupo de vigilantes que hacía valla en la carretera. Él fue el primero en prestarles atención y apoyo, porque antes no los tomaban en cuenta. Con el tiempo se comenzó a organizar una ceremonia en el centro de la comunidad, que también ya es parte de la tradición.

Orgullo mexicano

La emoción invade a don Genaro. Su voz se quiebra, “ahorita ya con lo que traigo, ya no… y con la emoción de ahorita. Nunca pensé que todo lo que hice fuera a llamar tanto la atención como la está llamando”.

Don Genaro aprovecha para invitar a los queretanos a sentirse orgullosos de ser mexicanos, que le pongan banderas a sus coches, que adornen el frente de sus casas con los símbolos patrios.

“Anteriormente, Querétaro se adornaba con cortinas de papel de china, una roja, una verde y arriba el blanco. Todo eso se está perdiendo. Ojalá que vuelva eso bonito”, enfatiza.

En la línea de salida hay 33 atletas originarios de Dolores Hidalgo, Guanajuato. Uniformados de azul marino y portando la bandera nacional, esperan el momento en el que se les dé la salida y partan rumbo al sitio donde Miguel Hidalgo llamó a la insurrección contra los españoles.

Algunos ciudadanos se acercan a presenciar la ceremonia, a pesar de que el acceso a Plaza de Armas, desde las calles aledañas está restringido por elementos de seguridad. El paso de automóviles no se permite, pues sobre Pasteur se colocó un escenario.

Los corredores escuchan atentos el mensaje del secretario de Gobierno, Juan Martín Granados Torres, quien antes de entregar el “Mensaje libertario” señala que gracias al ejemplo de don Genaro, “esta es una tradición única en el país y que nos hermana por una gesta heroica realizada por el pueblo de México. Esta tradición única ya tiene sus frutos, su nieto prendió el pebetero y su semilla está con estos jóvenes que van a recorrer la ruta que usted trazó hace más de 60 años”.

Resalta que mantener las tradiciones vivas, enaltece el espíritu y el alma de los pueblos.

Luego, el funcionario lee el mensaje que se entrega a los corredores y que entregarán a las autoridades de Dolores Hidalgo.

Precisa que “hace 68 años un grupo de patriotas deportistas, con el afán de no perder las tradiciones, sino de enraizarlas más profundamente, iniciaron esta histórica carrera, emulando la travesía libertaria del Sota-Alcaide de la cárcel de Querétaro (Ignacio Pérez) que a la postre sería el génesis del surgimiento de nuestra patria y del Estado mexicano”.

El mensaje se entrega a la corredora Yolanda Valeria Chávez Zárate, joven que será la encargada de entregarlo en Dolores Hidalgo, mientras que el fuego simbólico lo traslada Juan Manuel Olvera Juárez, otro de los atletas que corre la “Carrera de la Libertad”.

Luego de dar dos vueltas a Plaza de Armas, para luego salir rumbo a Guanajuato, cumpliendo una vez más con esta tradición que mezcla deporte y patriotismo.

cetn

Google News

TEMAS RELACIONADOS