Fomentar la lectura en los niños tiene dos obstáculos principales: la falta de tiempo de las familias y el bajo nivel educativo en la población rural, explica María Cristina García Jirón, maestra de tercer grado en la Escuela Primaria Benito Juárez, quien para incentivar la lectura en sus alumnos promueve la escritura creativa y la lectura acompañada por los padres.

García Jirón se ha desempeñado durante catorce años como profesora de nivel básico en Querétaro. Es egresada de la Escuela Normal Superior del estado y en un inicio trabajó en interinatos, antes de que obtuviera la plaza como maestra.

Una parte de su trayectoria profesional la realizó en comunidades rurales como Matanzas, en el municipio de El Marqués, o San Isidro y El Herrero, en la delegación Santa Rosa Jáuregui.

Durante el tiempo que radicó en estos lugares, identificó un problema recurrente al momento de iniciar a los niños en la lectura, el hecho de existía una falta de tiempo disponible debido al trabajo de los padres, lo que impedía que se involucrarán en la tarea de los niños y cultivará este hábito.

“En las escuelas rurales, ahí pues los papas llegan como máximo a la primaria, entonces ahí no hay quien les auxilie en este sentido y aquí en la ciudad es la disposición del tiempo, papá y mamá trabajan, entonces no hay quien los esté checando”, dice.

“Es difícil, sí es difícil, porque México es un país de no lectores, entonces pues ahora sí que tenemos que encaminarlos hacia esa lectura […] muchas veces los papas no están con los niños y los niños sí necesitan que los escuchen, la lectura o que les chequen esa parte de la tarea”, agrega.

Otra de las complicaciones que María Cristina ha encontrado en las poblaciones rurales es la falta de accesibilidad a las escuelas.

En la comunidad de Matanzas, ubicada a 44 kilómetros de distancia de la cabecera municipal, la falta de infraestructura carretera complica la accesibilidad no sólo de los estudiantes, sino también de los profesores, que hacen dos horas caminando de otra comunidad cercana, Chichimequillas.

“Es la más alejada yo creo de El Marqués, porque la accesibilidad no es muy… vaya, el camión llegaba una sola vez al día, a las dos de la tarde, porque lleva a los niños de la secundaria y no más, eh […] ¡Vaya! Muchas veces las autoridades no saben la distancia entre las escuelas”, señala.

Actualmente, María Cristina se desempeña como profesora en la primaria Benito Juárez, que se ubica en la capital del estado de Querétaro. Junto con Graciela Pérez Abila, quien lleva 22 años de servicio como maestra, realizan actividades de promoción a la lectura, en donde incentivan la imaginación de los menores para que redacten sus propios textos; además, promueven la lectura con textos acompañados por sus padres.

“Notamos que, como parte del diagnóstico de nuestra escuela, existe la dificultad para comprender el texto y el razonamiento lógico-matemático. Entonces, dijimos, vamos a generar que los niños redacten sus propios textos. El niño lee en su casa mamá e ilustra junto con su mamá”, explica.

Graciela, quien también ha trabajado durante diez años como profesora en comunidades rurales, comenta que para agilizar y mejorar la enseñanza con los estudiantes se ha involucrado el uso de la tecnología, que les permite desarrollar habilidades de investigación y, con esto, incentivar el pensamiento lógico-racional.

“Enseñarles a leer, a razonar, enseñarles a pensar, a ver qué es la tarea que se está dejando, es importante que los papas motiven a los niños. Nosotros ahorita en la escuela estamos promoviendo, para el 30 de abril, en lugar de comprarles un regalito, les regalen los papás un libro”, añade María.

Comenta que el año pasado se abrió la biblioteca de la escuela, que actualmente tiene mil ejemplares; dice que sólo dos veces al año es alimentada con paquetes de cinco a diez libros del programa federal Rincones de Lectura, además de que se solicita la donación por parte de los estudiantes.

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