El pabellón de Pueblos Mágicos de Querétaro, en el municipio de El Marqués, se convirtió en un paraíso de la nieve de garrafa, artesanal, refrescante. Un oasis en medio de tantísimo calor.

Para los paseantes exprés, que van de entrada por salida, la nieve fue su mejor opción; para los que gustan de quedarse un poquito más, apreciando y degustando, el mole y la enchilada fueron los platos fuertes por excelencia. Y cómo no, si en un mismo lugar se reunieron decenas de comerciantes locales, casi todos de La Cañada.

Vendedores de comida como mole, enchiladas, guajolotes, quesadillas, tacos dorados de bistec, de cabeza y suadero, jugo de caña, café, aguas frescas, cerveza artesanal, pan, dulces, esquites, frituras y demás, junto con artesanos y vendedores de nieves de garrafa, formaron parte de la Feria del Mole, la Nieve y la Enchilada, que desde hace cinco años se realiza en esta localidad; esta última vez, en la llamada alberca El Capulín.

Todo el andador se llenó de tablones y manteles largos, pequeños restaurantes improvisados para atender a cientos de personas; algunos comerciantes acabaron su producto antes de las cuatro de la tarde, a pesar de que la feria termina a las nueve de la noche.

Nieve artesanal de tradición.

Entre tanta música y barullo de los comensales, Ana María Hernández Camacho vendió nieves de garrafa, atendió rápidamente a un cliente después de otro, diciendo de memoria los 25 sabores que en ese momento tenía disponibles. “Tengo de mamey, fresa, queso, galleta, limón, nuez, chocolate, beso de ángel, chicle, piñón”, repetía una y otra vez la vendedora.

Fabricar nieve de garrafa ha sido una tradición en la familia de Ana María durante tres generaciones, antes de ella sus padres y sus abuelos comenzaron el negocio de vender nieves artesanales.

Ana aprendió a preparar nieves desde los 12 años, desde entonces es una actividad constante en su día a día y también en la vida de sus hijos, que aunque todos se encuentran estudiando, dedican cada fin de semana a atender el negocio familiar.

“En hacer un barril de nieve nos llevamos cinco litros, tardamos 45 minutos en estarle moviendo al barril, todo es artesanal, no hacemos nada con máquina, mis manos lo demuestran. Comenzamos desde las cinco de la mañana, a esa hora llega el hielo a nuestra casa. De hecho para venir aquí a la feria comenzamos a hacer la nieve desde hace tres días, tres o cuatro personas haciendo nieves para tener muchos sabores, ahorita tenemos más o menos 25 sabores diferentes”, explica Ana.

Su familia vende nieves cerca del templo conocido como “El Templo del barco”. Cada día, a las cinco de la mañana Ana María recibe el hielo con el que creará litros y litros de nieve, misma que debe menearse durante 45 minutos, sin parar, para que la nieve de un sólo sabor quede lista.

Presume con orgullo que sus nieves son las mejores de toda la Feria del Mole, la Nieve y la Enchilada, eso se debe a que todos sus ingredientes son naturales.

“A mi nieve la distingue el sabor, la textura y el azúcar, porque otras nieves saben más a azúcar que a fruta, aquí se siente como si verdaderamente comieras fruta, todo es natural, nunca uso concentrados. La gente que viene a la feria va probando en todos los puestos de nieves, pero siempre regresan con nosotros”, destaca.

Cocinera desde niña.

En la misma feria se encuentra Margarita Enríquez, ella vende enchiladas y tradicionales guajolotes, cada año participa en este tipo de eventos porque no sólo sirven para mejorar sus ventas, sino para que nuevos clientes la conozcan.

Al igual que Ana María, Margarita tiene toda una vida preparando y vendiendo comida, sus padres también fueron comerciantes, por eso siempre supo lo que es administrar un negocio familiar.

Generalmente Margarita vende comida en las inmediaciones del estadio, pero no deja pasar las tradicionales ferias y eventos gastronómicos; dice que cocinar es parte de ella, un oficio que conoce y disfruta.

“Cada año participo en la feria, cocino desde que era niña, mis padres eran comerciantes y siempre nos inmiscuyeron en esto de las ventas, desde que tenía 14 años mi mamá me enseñó a cocinar, le ayudaba con la comida de la casa cuando ella se iba a trabajar.

“Siempre llego muy temprano a la feria y me voy hasta la noche, es más que nada para mantener la tradición de estas ferias y además a mí me encanta cocinar, es algo que ya llevo en la sangre”, dice.

Para la mayoría de los asistentes, la Feria del Mole, la Nieve y la Enchilada es una tradición local que fomenta la convivencia entre las familias y los amigos.

Ana María y su esposo José Luis, asisten a este tipo de eventos cada que tienen oportunidad.

“Nosotros somos ya personas de la tercera edad, pero no nos gusta quedarnos en la casa, aprovechamos estos eventos para salir a caminar, a disfrutar el día y de paso pues nos comemos unas enchiladas. Se tiene un ambiente muy bonito y familiar, con música, muy alegre”, comenta Ana María, quien dice, toda su vida ha vivido en el municipio de El Marqués.

La Feria del Mole, la Nieve y la Enchilada estará presente también el día de hoy en La Cañada, en la alberca El Capulín. Además de disfrutar de platillos exquisitos, se tiene música en vivo y espectáculos infantiles para el disfrute de los asistentes.

Algunos de los grupos que se presentarán hoy domingo son: Payaso Kikín y Caramelo, Grupo Alma Cuatro, Ballet folclórico del municipio de Corregidora, Danza de las Pastoras de Amealco, Mariachi Son de mi Pueblo, entre otros más.

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