El puente peatonal de avenida Constituyentes, esquina con avenida Cimatario, alberga a Esteban González Martínez, hombre de 66 años, quien llega diariamente a este sitio desde las 7:30 de la mañana.

Esteban perdió la vista de su ojo izquierdo y 70% de la visibilidad del ojo derecho, por lo que trabajar se ha convertido en una complicación. Desde entonces, diariamente se asienta en el puente a fin de recibir algún tipo de ayuda de los transeúntes.

Conforme transcurre el día, el calor del sol es más agobiante y es entonces cuándo Esteban cambia de sitio y se va a la clínica número 13 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Allí se resguarda del calor para continuar recibiendo algún tipo de apoyo de las personas que pasan.

“Llego aquí a las 7:30 de la mañana u ocho, llego desde muy temprano. Cuando cala el sol me voy a la explanada de la clínica del seguro”, afirmó Esteban.

El señor Esteban vive en el barrio de San Francisquito, lugar de donde parte todas las mañanas, con la esperanza de recibir algún tipo de ayuda.

Estimó que diariamente recibe 50 pesos, dinero que ocupa en cubrir sus gastos habituales.

Sin trabajo

Debido a los padecimientos que sufre, le resulta difícil recurrir a una actividad laboral. “No trabajo en nada, por eso vengo aquí a pedir ayuda a las personas que pasan, pero actividad ya no tengo”, afirmó.

Cuando sus capacidades eran óptimas, Esteban se desempeñaba en diversas actividades, una de ellas era como trabajador de construcción.

“Antes fui albañil y tabiquero, pero ahorita ya no puedo trabajar. Dejé de hacerlo desde que perdí la vista”, aseveró.

Él desconoce las causas que le provocaron perder la vista. Sin embargo, expresó que posiblemente se deba a la diabetes que lo aflige desde hace algunos años.

“Llevo 26 años diabético, tal vez eso fue lo que me ocasionó perder la vista, tengo como diez años que no veo. Y del otro ojo sólo veo 30%”, explicó.

Además, Esteban recordó que anteriormente la venta de dulces lo ayudaba a salir adelante, pero debido a que tenía que invertir dinero, dejó de hacerlo porque no ganaba lo suficiente. “Por eso ahora pido ayuda, hay días que sí sale y hay veces que no”.

Hace un tiempo, intentó ser parte del programa 70 y Más de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), pero debido a su edad, 66 años, no logró ser beneficiario.

Ahora, luego de las modificaciones que se planean hacer al programa, para que en lugar de beneficiar a personas a partir de los 70 años se pueda incluir a adultos mayores a partir de los 65 años; posiblemente Esteban pueda recibir esa ayuda.

Datos del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam) en Querétaro hay 136 mil 381 personas mayores de 60 años, 7.5% de la población total del estado.

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