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El secretario de Educación en el estado, Fernando de la Isla Herrera, recordó que cada semestre se invierte la cantidad de nueve millones de pesos para ofrecer becas a estudiantes que no lograron ingresar a las universidades públicas.
“Existe una interacción entre las mismas instituciones de educación superior públicas para que jóvenes que no lograron el ingreso procuren brindarles un espacio. Lo que buscamos es que ningún joven se quede sin la posibilidad de estudiar”, expresó.
Esto mediante un convenio con universidades privadas firmado al inicio de la administración, el Impuesto Sobre la Nómina (ISN) que deberían pagar las universidades al estado fue suprimido, a cambio las instituciones invierten junto con el gobierno, en becas de los estudiantes.
“A través del programa de becas Soluciones, este surge a partir del Impuesto Sobre la Nómina (ISN) en donde las instituciones privadas aportan dos terceras partes del recurso y gobierno del estado una tercera parte”, comentó.
La Secretaría cuenta con 14 diferentes tipos de becas, afirmó el funcionario, siendo las becas del ISN una de las opciones, que ayudan de forma específica a que los jóvenes que no lograron acomodarse en una opción pública hagan lo respectivo.
“Cuando los jóvenes quieren estudiar alguna carrera que hay en una universidad privada y no lograron su ingreso, por ejemplo, a la UAQ con este programa de becas buscamos un espacio para que estudien la carrera que desean”, dijo.
El funcionario agregó “tenemos una cartera de 14 diferentes programas de becas que inciden en todos los niveles educativos, incluidos este programa de becas Soluciones para universidades privadas, también lo operamos en la Secretaría”.
Dijo que en lo que va de la administración se han invertido 153 millones de pesos para brindar becas, en todas sus modalidades y para todos los niveles educativos, a 55 mil estudiantes de primaria, secundaria, nivel medio superior y superior.
Si bien, la UAQ cada año rechaza cerca de 10 mil aspirantes, dos terceras partes del total, ya que cinco mil son aceptados. Los índices de rechazo, según autoridades universitarias, son reflejo de la falta de recursos que tiene la universidad, pues cada año se usa la totalidad de los ingresos estatales y federales para el pago de nómina.