Francisco Salazar Valerio, subdirector de la Reserva de la Biosfera, explicó que la dependencia está en un proceso de atención y asesoramiento a los diferentes prestadores de servicios turísticos, quienes por encontrarse en espacios con características especiales deben de tramitar permisos para operar.

“Es muy importante decir que 380 mil hectáreas componen a esta reserva natural, en la cual se realizan distintos deportes extremos por parte de los turistas, por lo cual se está llevando a cabo una regulación, no les evitamos que practiquen determinado deporte, eso es de ámbito de la Profepa, lo que hacemos es regularizar a los prestadores de servicios, analizando qué actividades hacen y cuáles no pueden llevar a cabo y qué derrama económica dejan en sus visitas, ya que la mayoría de las ocasiones sólo pasan por las comunidades serranas, pero no se detienen en la tienda o con el productor local”.

Informó que del primero de abril al primero de septiembre, los prestadores de servicios turísticos tendrán que pagar un derecho para contar con una autorización de las comunidades por donde efectúan sus recorridos, este recurso es anual por 380 pesos y es de caracter obligatorio.

Roberto Mendoza, quien cuenta con cabañas de descanso en la sierra, agradeció a las autoridades, “pues muchos turistas hacen escándalo, y pasan muy rápido con sus cuatrimotos, creo que se debe de cuidar esta tierra, y además vienen muchos que no son de aquí, hasta por seguridad está bien que se hagan este tipo de permisos”.

Desde el inicio de esta semana, autoridades y organizaciones civiles explican a los visitantes la nueva manera de disfrutar la naturaleza en la reserva. En el tema de la tala de árboles, el funcionario federal explicó que las diferentes plagas del denominado “gusano barrenador” perjudicó a gran parte de la superficie en los bosques. “Esta afectación es principalmente en temporadas de estiaje en donde la plaga arremete con más fuerza, afortunadamente, a través del saneamiento, ha bajado considerablemente, hemos tenido trabajos muy positivos, con la Universidad Autónoma de Chapingo y la UAQ, quienes han monitoreado este tema, y que va relacionado con el cambio climático. Las plagas siempre existen pero hay momentos de proliferación, y tiene que ver con las condiciones ambientales”, declaró.

Hasta el momento no existe un dato preciso de las hectáreas afectadas, ya que va cambiando considerablemente, y dependiendo de cada característica en especial, por lo que continúan con las medidas, fundamentalmente en la zona de Valle Verde en la parte alta de Jalpan de Serra, así como en San Juan de los Durán y en Pinal de Amoles.

La Reserva de la Biosfera ha colocado trampas para insectos contra las plagas, notificando al comité forestal, donde participan instancias federales y estatales, quienes efectúan las medidas pertinentes, como la saneación que provoca el exterminio del insecto que afecta a los bosques.

Al momento de sanear un bosque se colocan letreros para que la población se dé cuenta que existe un daño, lo que ha contribuido a que la comunicación sea parte fundamental y no se confunda con una tala clandestina.

“La gente ya sabe cuándo operamos esta alerta, ya que es la única manera de acabar con el mal de la plaga y que consiste en derribar el árbol y colocar distintos químicos en los alrededores, lo que permite exterminar a la plaga y lograr el nacimiento de más naturaleza a mediano plazo”.

La Reserva de la Biosfera Sierra Gorda fue decretada como área natural protegida el 19 de mayo de 1997, y actualmente continúan los esfuerzos por proteger su flora y fauna, convirtiendo los recursos en medios de desarrollo sustentable.

Google News

TEMAS RELACIONADOS