Un total de 190 fotografías y diversos textos que dan cuenta de los detalles ornamentales plasmados en los edificios públicos, plazas y espacios privados que florecieron en la antigua ciudad de Santiago de Querétaro, han sido reunidos en el libro Monumentos históricos de Querétaro.

El volumen conmemorativo se presentó en el marco del 20 aniversario del nombramiento de dicho Centro Histórico como Patrimonio Mundial, por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

En el acto, que se realizó en el Ex Convento de San Agustín, hoy Museo de Arte de Querétaro, Diego Prieto, secretario técnico del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y autor del epílogo, instó a la población civil y a las autoridades del estado a priorizar la conservación del patrimonio edificado y el fortalecimiento del tejido social.

Acompañado del director del Centro INAH Querétaro, Manuel Naredo Naredo, el antropólogo Diego Prieto citó al erudito novohispano Carlos de Sigüenza y Góngora, quien con motivo de la apertura en 1680 de la Nueva Congregación Eclesiástica de María Santísima de Guadalupe, describió a Querétaro como “un remedo del Paraíso”.

También rememoró que el inicio de su estadía queretana coincidió en tiempos con las gestiones que diversos ciudadanos, liderados por el académico y restaurador Carlos Arvizu García (1946-2011), realizaron para lograr el reconocimiento de la Unesco de esta Zona de Monumentos Históricos.

En su oportunidad, el arquitecto y promotor cultural Jaime Font mencionó que en 1995 los impulsores de la candidatura coincidieron en que un rasgo distintivo del Centro Histórico de Querétaro radicaba, más que en la belleza de sus edificios, en la integridad de los mismos.

Lo anterior porque en 300 años sólo habían tenido intervenciones y afectaciones mínimas, rasgo que actualmente y a través de herramientas de difusión, como el libro Querétaro. Zona de Monumentos, permite apreciar estilos arquitectónicos como el barroco, neoclásico e incluso detalles de influencia taifa y morisca.

Mientras que Manuel Naredo, director del Centro INAH Querétaro, destacó el valor que tiene la redacción amena del volumen editado por el ayuntamiento local, porque facilita su acceso a un mayor número de públicos y, por ende, promueve que los propios queretanos y los visitantes nacionales y extranjeros, tomen conciencia de su legado histórico y contribuyan en su preservación.

Diego Prieto aseveró que “la revaloración patrimonial de la ciudad no sólo ha representado para los queretanos un factor de orgullo y reconocimiento, sino también una palanca para favorecer la reactivación económica”.

Concluyó se ha sabido amalgamar el crecimiento turístico y poblacional de Querétaro con el trabajo coordinado entre el INAH, las autoridades locales y la población civil; aunque no deben olvidarse temas como la movilidad, la imagen urbana, el medio ambiente, la conservación del patrimonio edificado y, más importante aún, “el fortalecimiento del tejido social y del patrimonio vivo de una ciudad pluricultural”, concluyó.

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