El director de la facultad de Sicología de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Jaime Rivas Medina, explicó que el caos vial que vive la capital del estado está generando que se eleven los niveles de estrés, de frustración e irritabilidad de la población.

Estas reacciones, mal canalizadas, pueden terminar en agresión y ésta a su vez en accidentes viales, ya no sólo entre los mismos conductores sino entre los peatones y ciudadanía en general.

El catedrático aseguró que es una “verdadera odisea” que un peatón cruce una avenida.

“Tendemos a salir sobre el tiempo, no programamos nuestras salidas y nos vamos con los minutos contados. Esto nos genera la expectativa de que no ocurra ningún incidente y el tráfico esté fluido”, dijo.

Sin embargo, no todo sale como se planeó, ocurre algún incidente con el que no contábamos y aparece la frustración.

“Cuando estamos en una situación social como en el caso del tráfico y que además no depende de nosotros, la frustración e impotencia se van acumulando”.

Jaime Rivas explicó que esta frustración puede desencadenar conflictos violentos con otras personas. El estrés, molestia o frustración también afectan nuestros reflejos y nuestra concentración que pueden terminar en accidentes viales, explicó.

Para el especialista en la problemática se conjuntan dos factores: la estructura vial ya no corresponde al tamaño del parque vehicular y que la ciudadanía no toma conciencia de la problemática.

Para Jaime Rivas, el crecimiento urbano ha rebasado cualquier planeación hecha por las autoridades y éstas necesitan buscar alternativas a largo plazo. Entre la ciudadanía una solución es compartir el automóvil o usarlo menos, aprender que en un coche pueden viajar cuatro y no sólo uno.

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