Nacho y su esposa hicieron sus maletas el domingo por la noche. Lentes, trajes de baño, bloqueador, sandalias y sombreros no podían faltar.

Desde hace varios años esperan con ilusión cada verano para tomar unos días de vacaciones para “despejarse y olvidarse del trabajo que tenemos todo el año”, dice Ignacio, un comerciante queretano del mercado de La Cruz, uno de los más emblemáticos de la ciudad de Querétaro.

Desde hace cuatro años, Nacho, su esposa, varios vecinos, amigos y algunos invitados confían sus vacaciones a César, otro comerciante de La Cruz que además se dedica a organizar viajes. Nuevo Vallarta, Nayarit y Mazatlán y Sinaloa son algunos de los destinos que han logrado conocer gracias a los tours que organiza César, “un muchacho al que le tenemos mucha confianza”.

Les gusta organizar sus vacaciones con César porque pueden ir pagando cada semana o cada mes, eso sí, 15 días antes de realizar el viaje debe estar liquidado el importe total.

Este año el destino elegido fue Cancún. Más de 17 mil pesos tuvo que pagar Nacho para disfrutar con su esposa de unos días en las espectaculares playas caribeñas. Con ellos viajarían otros 31 queretanos. Adultos y niños, vecinos, compañeros y amigos, todos, los 33, con la ilusión de vivir unas vacaciones de ensueño.

Sin embargo, el paraíso se convirtió en infierno durante más de seis horas. Su reservación en el hotel Paradisus no existía. “Nunca habíamos tenido ningún problema. Nosotros salimos bien emocionados de Querétaro como a las dos de la mañana del lunes, llegamos a México como a las cinco, como a las siete documentamos, a las 11:00 horas salimos del aeropuerto y como a las 14:30 horas estábamos en el hotel, dispuestos a disfrutar de nuestras vacaciones, pero ¡oh! sorpresa, no existía la reservación”, cuenta Nacho para EL UNIVERSAL Querétaro.

César, el organizador, tuvo diferencias con el personal del hotel, ya que aseguraba que la reservación estaba pagada, algo que negaron los trabajadores. “En ese momento comenzamos a inquietarnos, en especial las personas mayores o quienes llevaban niños”.

No hubo arreglo, el hotel no los recibió. En ese momento César comenzó a hacer gestiones para conseguir otro sitio. Los 33 queretanos se sintieron timados, estafados. “Traemos a una persona que padece diabetes y por necesidad tiene que almacenar en un refrigerador su insulina o se le echa a perder, también viene una persona en muletas. Quiero que nos imagines a todos nosotros, a los 33, afuera del hotel con todo y maletas”, comenta.

Tras varias horas, César consiguió habitaciones en otro hotel, ubicado en el mismo boulevard Kukulkán, pero bastante alejado del lugar donde se quedarían, a 13 kilómetros. Sin embargo, aún tenían que resolver otro problema: tendrían que pagar 150 mil pesos con tarjeta de crédito para quedarse.

“Entre varios comenzamos a juntar el dinero con las tarjetas de crédito para depositarlos en el hotel donde estamos ahora —Cancún Bay Resort—. Aquí tuvimos que solventar el gasto entre los compañeros que teníamos la capacidad económica para no dejar afuera a nadie. Quisimos ser solidarios con algunos que no tenían dinero, porque son conocidos, no podíamos abandonar a nadie”.

En medio de la desesperación, Nacho compartió la situación en su cuenta de Facebook, lo que generó una respuesta inmediata de amigos y conocidos, al grado que el propio secretario de Turismo, Hugo Burgos, se interesó en el tema y se puso en contacto con él: “Me dijo que estaba en la disposición de ayudar en lo que él pudiera, cosa que le agradecemos mucho”.

La pesadilla terminó a las 23:30 horas: “Nos dieron nuestro brazalete y nos fuimos directo a las habitaciones a descansar. Gracias a Dios ya lo resolvimos, ahora vamos a descansar y a disfrutar estos cuatro días, ya después veremos”, dice optimista Nacho.

Ahora, los 33 queretanos sólo quieren divertirse y descansar y esperan que a su regreso la agencia de viajes les reponga el dinero.

Google News

TEMAS RELACIONADOS