Especies de aves migratorias que tienen sus rutas en Querétaro se ven afectadas por otras especies que las depredan, como tordos -diferentes tipos de pájaros- y gatos, disminuyendo su población, dijo la ambientalista América Vizcaíno, quien agregó que prevalece el comercio ilegal de muchas especias de aves exóticas.

Indicó que saben que en la entidad las aves padecen por las fumigaciones y las podas, que no permiten detenerse en las ramas y crear colonias, y por la fauna urbana, en especial los gatos, que se suben a los árboles y se comen a los polluelos o las madres.

“La deforestación les impide hacer nidos y cuando migran de un lado a otro encuentran situaciones adversas, pues no encuentran adonde anidar. Además están proliferando tordos que matan a las aves migratorias, a los polluelos y les impiden llegar, ya que son muy territoriales”, aseveró.

Sobre todo, apuntó, cuando son aves pequeñas les impiden perchar, esto es, anidar en un lugar.

Subrayó que en las áreas naturales protegidas se presenta la captura de aves endémicas para venderse en las ciudades y orilla de las carreteras.

“En las zonas de conservación ecológica nosotros hemos encontrado los casquillos, los charpes, y las bolsas. Van a robarse aves, porque llevan sus jaulas para atraparlas, y luego las venden y como son salvajes no se adaptan a un ambiente urbano”, señaló.

Apuntó que en muchas de las tiendas de mascotas venden estos ejemplares, aunque en ocasiones muchas se les escapan, aunque también la demanda de estos animales por parte de ciudadanos.

También, continuó, esta fauna se vende en mercados y tianguis “los que venden en los mercados son quienes más depredan las zonas de conservación ecológica, porque hay más variedad de aves y las atrapan más fácilmente porque llevan jaulas especiales”.

Comentó que cuando observan que están vendiendo fauna salvaje, lo denuncian de inmediato a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) cuyo personal actúa de manera pronta para detener a los responsables y rescatar a los animales.

“Hemos denunciado incluso a la pajareros de El Tángano o Peña Colorada, y en El Cimatario. Lo mismo hemos denunciado cuando están vendiendo lagartijas, iguanas, cotorros, culebras, salamandras, y ellos (la Profepa) van y las decomisan”, añadió.

Acotó que cuando capturan a los ejemplares para su venta cuentan con el alimento mínimo para vivir, y bajo el sol, por lo que están muy deshidratados y no se recuperan, muriendo al final del día.

Ante esta situación, la ambientalista exhortó a los ciudadanos a denunciar la presencia de vendedores de fauna salvaje ante la Profepa, además de evitar la compra de dichos ejemplares que en la mayoría de los casos son arrancados de sus hábitats naturales, por lo que al estar en cautiverio mueren a los pocos días de ser atrapados.

La revista Science Advance publicó en días pasados una investigación realizada por la Universidad de Kansas y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) donde se revela que el cambio climático afecta la población de más de 100 especies de aves endémicas del país.

Cada vez es mayor el número de personas que crean conciencia sobre la preservación de la fauna salvaje y rechaza comprar ejemplares, aunque hay otro sector de la población que opta por comprar y comercializar, lo que propicia su extinción.

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