En punto de las 10 de la mañana el padre del Templo de Santa Clara salió a la explanada del centro religioso y de inmediato reunió a decenas de feligreses para leer el evangelio sobre la entrada de Jesucristo a Jerusalén, en el llamado Domingo de Ramos.

Minutos más tarde, los creyentes recibieron la instrucción de ingresar al templo para la celebración eucarística. Todos con diversos ramos de palma en la mano, unos en forma de cruz, otros con tejidos más elaborados.

Es el primer día de la Semana Santa de este año y los creyentes llenan el templo con cánticos y oraciones desde las primeras horas de la mañana.

Afuera, el grupo Misión Joven de la Diócesis de Querétaro se preparaba con cantos y dinámicas para la procesión que una hora más tarde saldría del templo de Santa Clara hacia la Catedral de Querétaro, encabezada por el obispo Faustino Armendáriz.

Es por eso que, inmediatamente después de terminar la misa y tras la salida de los creyentes, el centro religioso, que se ubica muy cerca del Jardín Guerrero, comenzó a llenarse de nuevo.

Familias, personas de todas las edades, poco a poco ocupan los lugares en espera del inicio de la homilía.

A las 11:34 de la mañana el obispo caminó hacia el altar en medio de la melodía Viva Cristo Rey, acompañado de varios monaguillos y sacerdotes. Los presentes cantaron y aplaudieron, pues la melodía de los jóvenes que integran el coro es familiar para los creyentes católicos.

“Después de haber preparado nuestros corazones para el principio de la cuaresma, nos reunimos para iniciar junto con toda la iglesia la celebración anual del misterio pascual: la pasión y resurrección de Jesucristo”.

“Misterios que empezaron con su entrada a Jerusalén, su ciudad, por lo que recordamos con toda fe y devoción esta entrada salvadora, sigamos al Señor para que tengamos parte con él en su resurrección y su vida”, fueron las primeras palabras del obispo.

Tras la lectura de una parte del evangelio según San Mateo, reflexionó sobre la actualidad que vivimos:

“Esta presencia de Jesús de alguna manera es incómoda para las autoridades, y en este recorrido en el que acompañamos a Jesús en su pasión y muerte, también queremos acompañarlo en su resurrección”.

“Hoy son tiempos de defender nuestra fe; en esta Semana Santa es tiempo de refrendar nuestro compromiso bautismal, nuestro compromiso misionero y sobre to do pedir a Dios que nos dé la fuerza para seguir con valentía en medio de los desafíos proclamándolo como nuestro Señor”, expuso, y resaltó que son tiempos en los cuales la presencia de Dios debe generar paz y no violencia ni guerra.

“Dios está donde hay un cristiano, un católico valiente, no sólo creyente, sino discípulo de Jesús que es capaz de defender el evangelio aun a costa de su propia vida”, añadió.

El obispo enseguida pidió a los asistentes que levantaran sus ramos para la santificación, tomó agua bendita y pasó por cada uno de los lugares para bendecir los tejidos de palma.

Luego de la bendición de ramos, como una forma simbólica de representar aquella bienvenida que Jesús recibió en Jerusalén, los presentes en la misa de Domingo de Ramos salieron del Templo de Santa Clara para iniciar su recorrido por un par de calles a la Catedral de Querétaro.

Primero salió el servicio del altar, después avanzaron 12 jóvenes en representación de los 12 apóstoles, atrás de ellos avanzaron los fieles creyentes y hasta el final caminó el obispo, todos ellos con su ramo en la mano. La procesión inició a las 11:50 horas.

Las campanas del Templo de Santa Clara repicaron desde que salió el centenar de personas del lugar.

Música y cantos acompañaron el avanzar de los feligreses que lanzaron ovaciones y porras en honor al hijo de Dios, como sucedió en Jerusalén.

Al llegar a Madero y Ocampo, el sonar de las campanas de la Catedral queretana recibió a los creyentes que tras su ingreso, no dejaron espacio alguno. La Catedral se llenó por completo para continuar con la ceremonia religiosa.

Ahí se continuó con la lectura del evangelio según San Mateo para recordar la pasión de Cristo, desde el día anterior a su captura, sobre cómo predijo que Judas Iscariote lo iba a traicionar y entregarlo por 30 monedas de plata, así como la predicción de Jesús sobre las tres veces que lo negó su apóstol Pedro. Se recordó también su captura, el juicio por el que atravesó para ganar la crucifixión y cómo Poncio Pilatos se lavó las manos para dejar en manos de los sacerdotes y sus detractores de Jerusalén la decisión de su muerte y sepulcro. El Domingo de Ramos y el Viernes Santo, son los dos únicos días que se da lectura a la Pasión de Cristo.

“Este domingo empezamos con la Semana Santa, la que en la tradición de la iglesia se conoce como Semana Mayor, por la grandeza del misterio pascual que celebramos y porque en ella se nos marca la ruta que el cristiano debe seguir, como Jesús, para culminar una nueva vida”, continuó Faustino Armendáriz.

Finalmente, el obispo invitó a todos los presentes a prepararse con oración por todos los conflictos que actualmente se viven en el mundo, por los jóvenes y así fortalecer entre los creyentes su adhesión a Cristo.

“Sabemos lo que ha sucedido en Siria, es una situación prácticamente de guerra, el acontecimiento en una iglesia cristiana en Egipto nos revela que el ingrediente lamentablemente hoy es la violencia para los intereses de quienes quieren alcanzar sus objetivos, por lo que lo único que queremos en nuestra Iglesia católica es llevar el evangelio, que es un mensaje de paz, un mensaje de amor que debemos decir con nuestro testimonio, nuestras actitudes. La paz es un don de Dios, pero también es una tarea de cada persona que hay que realizar en nuestra familia”, concluyó.

Google News

TEMAS RELACIONADOS