El número de trabajadoras sexuales en la capital del estado se ha incrementado exponencialmente en los últimos dos años, en el estado son más de seis mil personas que se dedican a vender su cuerpo, principalmente en la zona urbana de la capital del estado, en donde las autoridades no han hecho nada por regular esta práctica, explicó la presidente de la Asociación Mujer Libertad, Mónica Mendoza.

Los diferentes puntos en los que se oferta el trabajo sexual se pueden encontrar mujeres que se ofrecen libremente, otras que lo hacen de forma obligada por proxenetas que las explotan, así como hombres transexuales.

“Para mí esto es tan solo un trabajo, deje a mi familia a los 17 años y ahora tengo 26, desde hace seis años me he dedicado a esto y empecé por necesidad, no tenía casa, ni dinero y nada para comer, solo tenía mi cuerpo y llegue a esta zona sola; mi primer cliente me golpeo, pero los moretones no se notaron al otro día, yo no había estado con más hombres, después de mi primer novio, ahora ya solo me interesa el tener algo de dinero para mantenerme, solo espero ahorrar lo suficiente para dejar esto y regresar a la escuela, afortunadamente no tengo hijos, obligo a mis clientes a usar siempre condón y he tenido suerte”, explicó Jacaranda, trabajadora sexual en Río Ayutla.

Sobre la acera en el lado oriente de avenida Universidad se reúnen al menos 35 mujeres y 15 hombres que desde las nueve de la noche ofrecen sus cuerpos con tarifas que oscilan en los 400 y 600 pesos por una hora de servicio, el hotel corre por cuenta de los clientes y en el mejor de los casos el dinero que cobran se queda en sus bolsillos.

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