Andrés Ramblas, de 25 años, vende garbanza en la cabecera municipal de El Marqués. Ese trabajo lo realiza, dice, mientras su hermano se establece en Estado Unidos, para que él pueda cruzar la frontera norte entre México y ese país. Así su llegada “al otro lado” será más sencilla para alcanzar “el sueño americano”.

Hace cuatro años Andrés se fue a Estados Unidos sin documentos a probar suerte en el país vecino, sin embargo, fue interceptado en la frontera y deportado a México.

“A mí no me da miedo cruzar, ya le he calado y no está peligroso. Ahorita es más peligroso por la migra, pero como quiera uno le hace el intento. Yo no me regresé, a mí me agarró la migra hace como unos cuatro años. Me agarraron en Texas Corpus Christi”, aseguró Andrés Ramblas .

El comerciante es oriundo de Salamanca y viaja todos los días al estado de Querétaro para instalarse en el corazón del municipio de El Marqués y vender a sus habitantes garbanza, jícama y cacahuates con sal, limón y chile.

“Pues yo ando hasta acá dedicado al comercio. Pero ahora sí que soy soldador. Mi hermano que está en los Estados Unidos también es soldador. Él trabaja de eso allá, espero que cuando yo logre pasar, pues me ayude a encontrar una chambita”, comentó.

Las bolsitas de garbanza con limón y sal son el producto que ofrece. No tienen un precio específico, no obstante Ramblas comercia lo que le pidan: uno, dos, 10, 20 pesos.

El comerciante percibe por su trabajo de 500 a 700 pesos diarios.

Sin embargo, puntualizó que llega desde Salamanca a El Marqués, viaje que le cuesta 200 pesos.

Aun así la venta de su producto le alcanza para cubrir solo sus necesidades básicas, ya que, dijo, no tienen ni esposa ni hijos.

De la misma forma, apuntó que su producto lo comercia en el municipio marquesino, y no en el municipio de Querétaro, pese a que en este último podría ganar más.

“Yo me vengo al El Marqués porque en Querétaro no te dejan trabajar a gusto. Los inspectores te están correteando, te tienes que esconder y cuando te encuentras te quitan tu mercancía. La verdad eso no es vida; pero en cambio aquí nadie te dice nada, aquí no hay inspectores”, celebró.

A pesar de residir en Guanajuato, para Andrés, el estado de Querétaro le ha dado un estilo de vida digno y un trabajo que le reditúa.

“Yo me regreso todos los días, pero pues yo ya soy más marquesino que los que viven aquí, yo creo. Llego aquí por la mañana, me hago una hora y media de ida y de vuelta. Solo llego a dormir a Guanajuato; por que de El Marqués me voy como a las seis de la tarde”, dijo.

A pesar de todo, Andrés no descarta intentar nuevamente cruzar la frontera

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