Son las dos de la tarde y la Alameda Hidalgo se llena de familias que buscan la sombra de los árboles. El sol pica. Este parque resulta ser un oasis entre la plancha de asfalto y cantera que es el Centro Histórico.

En su interior, la Alameda ofrece jardines frondosos donde las parejas se acurrucan a pesar de estar prohibido pisar el césped. También lo hacen familias completas, algunas incluso organizan un pequeño día de campo con tortas y sándwiches de jamón.

Sólo han pasado un par de días desde que los Reyes Magos llegaron a Querétaro y repartieron los juguetes, por eso hay en el ambiente más risas y gritos que de costumbre. Los niños van de un lado a otro en sus bicicletas nuevas, patines o patinetas. Los más tranquilos juegan discretamente con barbies o figuras de superhéroes.

Otros convierten las fuentes en un chapoteadero improvisado, se la pasan manoteando en las corrientes para salpicar al otro, aunque las fuentes también sirven para recargar las pistolas de agua.

Contrario a la euforia de los más pequeños, los padres descansan a unos metros de distancia, algunos incluso se tumban a dormir en los jardines y de vez en cuando se levantan para comprobar que todo siga en orden.

Al centro del parque, un Miguel Hidalgo rodeado de flores de nochebuena comenzando a marchitarse, anuncia que la temporada navideña está por terminar. El tobogán de hielo y el stand para crear muñecos de nieve cumplen con su función una última vez. ¡Mira cómo se avienta esa niña!, gritan los más pequeños mientras ven boquiabiertos a los adolescentes que gritan y se deslizan sobre la placa de hielo.

Además de los gritos en el tobogán y las risas por los juguetes nuevos, están los comerciantes que cumplen con su función y gritan todo el tiempo la variedad de sus productos. “¡Paletas de hielo! ¡Lleve paletas de hielo! ¡Fresa, limón, guayaba, ¿de cuál le damos?”.

Los visitantes acalorados ni siquiera tienen que buscar a los vendedores, ese es un servicio a domicilio que sí es exprés, hasta dos vendedores se juntan en un mismo corredor esperando a que alguna persona haga la mas mínima seña para llegar hasta la banca o el jardín en donde se encuentren.

También están los vendedores de papas doradas, dulces y cigarros, ellos esperan pacientes en uno de los corredores. Las personas no pueden evitar fumarse un cigarro o botanear alguna fritura mientras esperan, tal vez, la hora de comida.

Para las parejitas de enamorados hay otro tipo de vendedores, generalmente jóvenes o niños cargando una canasta llena de flores o ramitos de gardenias. ¿Una flor para la dama, joven? ¿No quiere unas flores para su novia?

La foto perfecta

Los turistas se detienen de vez en cuando entre los arbustos, con el celular siempre listo, en caso de que alguna ardilla come galletas brinque de algún lugar. Los que tienen suerte se encuentran a alguno de estos roedores con cola esponjada y comparten de su comida, todo con tal de tener la foto perfecta. También posan junto a las fuentes o con las figuras en tamaño real del nacimiento que aún está en los jardines.

Los idiomas extranjeros de los turistas, como el inglés o el japonés que de vez en cuando se escuchan en la alameda, se mezclan con el idioma otomí que hablan los vendedores para comunicarse entre ellos.

Para no desencajar con las nochebuenas, los villancicos que se escuchan como música ambiental, el árbol de los deseos y las esferas monumentales, se planta en uno de los corredores un hombre con una botarga de El Grinch, cargando un costal rojo, dispuesto a robarse el espíritu navideño que todavía se respira en la ciudad.

El día de ayer fue el último domingo en que la Alameda Hidalgo abrió sus puertas a los visitantes. Será dentro de tres meses cuando dicho parque vuelva a recibir a queretanos y extranjeros. ¿Por qué? El lugar será remodelado por la administración capitalina, razón por la que cerrará sus puertas a partir del 8 de enero y permanecerá así durante tres meses.

Aureliano Castillo es uno de los cientos de visitantes que acuden a la Alameda Hidalgo para relajarse. Sentado en una de las bancas, Aureliano lamenta que durante tres meses no podrá acudir a su parque favorito.

“Es una lastima que la Alameda estará cerrada tanto tiempo, a mí me encanta estar aquí. Pero bueno, ya dejaron muy bonita la parte de afuera, ahora les toca poner bonita la parte de adentro. A mí me gusta venir aquí, sobre todo los domingos que es cuando visito a mi hija y me quedo aquí a leer un rato, a relajarme. Ahora que esté cerrada pues me tocará irme al Jardín Guerrero o al Jardín Zenea, hay muchos jardines bonitos en el centro. Será una sorpresa después de tres meses volver a entrar a la Alameda, a ver con qué nos encontramos”, comenta.

La mayoría de las personas presentes en la alameda desconocen el tema de la remodelación del parque, y lamentan que el lugar permanecerá cerrado durante varias semanas, sin embargo, coinciden en la importancia de rehabilitar los lugares emblemáticos de la ciudad.

La inversión para remodelar la Alameda Hidalgo será de 56 millones de pesos. Se trabajará junto con el Instituto Nacional de Antropología e Historia para que las obras no afecten el valor histórico y cultural del parque. Se rehabilitarán los andadores, luminarias, y se hará el mejoramiento de los jardines, baños y zona de trotapista.

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