Los ingenieros del estado están preparados para enfrentar el suelo con fallas de Querétaro y su hundimiento anual de ocho centímetros, causado por la explotación de los mantos acuíferos, aseguró Óscar Hale Palacios, presidente del Colegio de Ingenieros.

Las grietas del suelo son más visibles en avenida 5 de febrero, donde se llegó a pensar que la falla de San Andrés era la causa, pero hoy se sabe que no tiene relación con la zona.

En 5 de febrero se trata de una grieta continúa, que afecta a los municipios de Querétaro y Corregidor; los ingenieros tienen especial cuidado para no construir en esa zona.

Existen otros puntos del estado que también presentan fallas y hay información precisa sobre los lugares. El Colegio de Ingenieros demanda que cuando se trabaje cerca de estas áreas se hagan los estudios de mecánica de suelo y se realicen las acciones de cimentación adecuadas.

Como parte de las medidas preventivas, también pide que no se construya encima de las zonas de grieta que están bien localizadas.

“Esas no nos preocupan tanto porque se ven, el problema son las que no se ven a simple vista”, indicó Hale Palacios, al señalar que el colegio tienen especial cuidado en revisar los proyectos de construcción.

Destacó los cambios que sufrió el proyecto de edificación de la terminal de autobuses sobre 5 de febrero, hace alrededor de cinco años, porque se intentaba cimentar sobre una falla, resultado de un problema en el estudio de mecánicas de uso de suelo.

Reconoció que 15% de las construcciones que se realizan en el estado tienen problemas por no tener una cimentación adecuada, aunque no siempre están sobre una falla.

Con esta característica, apenas 5% de las construcciones de la entidad tienen un problema de mala cimentación y también se ubican sobre una falla o terreno arcilloso, que es uno de los mayores problemas de Querétaro.

Hasta ahora, el Colegio de Ingenieros no identifica que las nuevas construcciones, sobre todo empresas o plazas comerciales, se ubiquen sobre fallas o con mala cimentación.

Los inversionistas apuestan a lo seguro y eso implica tener buenos estudios de mecánica de suelos, dijo, porque “difícilmente harían una obra que no tuviera estudios y nosotros como Colegio de Ingenieros tenemos la solución hacia ese tipo de problemas”.

En el estado hay un acuerdo de no cimentar arriba de una falla, aunque insistió que la mayor parte “no son tan activas como la que se ubica en avenida 5 de febrero, la de 5 de febrero es un caso muy extraordinario; pero aunque no hay fallas muy activas se tienen muy bien ubicadas y sí es necesario que estén revisadas por especialistas”.

En las grandes construcciones los inversionistas tampoco se arriesgan a contratar a ingenieros que no tengan conocimiento del tipo de suelo de Querétaro y los problemas que presenta.

Mencionó que existen casos donde lo que presentan las construcciones son otro tipo de errores humanos, pero no una falta de información sobre el tipo de fallas que se encuentran en el terreno queretano.

Las condiciones del suelo también enfrentan el reto del hundimiento. Recordó que hay un estudio de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) que indica que el suelo del estado se hunde ocho centímetros al año ,por la explotación de los mantos acuíferos.

Ese hundimiento también representa un reto en el momento de edificar las construcciones en el estado y requiere de más información.

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