La calle de Comadreja, en el fraccionamiento La Pradera, municipio de El Marqués, luce tranquila. Un par de autos están estacionados frente a las casas. En el piso se aprecian los parches que pusieron al asfalto, por parte de la empresa que brindará el servicio de gas natural, pero que de acuerdo a Javier Mendicuti, vecino de esa calle, cuando comiencen las lluvias generará problemas ya que los trabajos para tapar las tuberías están mal hechos.

Es media mañana y el sol calienta el asfalto. La calle está limpia. A pesar de ser un fraccionamiento donde las calles siempre están transitadas, ésta no es así. A pesar de la cercanía con el distribuidor vial Fray Junípero Serra (a escasos 200 metros) el sonido de los autos circulando apenas es perceptible. Tampoco se escuchan los aparatos de sonido a todo volumen.

Meses atrás no era así, cuando los trabajadores de una empresa de gas natural, con su maquinaria, llegó a abrir la calle para instalar la tubería que llevará el energético directamente a los domicilios de quienes deseen recibir el servicio.

En la calle de Comadreja apenas medio docena de vecinos decidieron contratar el servicio de gas natural. “Nos están perforando todas las calles, cortan y parchan como pueden. Traen un permiso por parte del municipio de El Marqués. Lo que se me hace extraño es que todavía no se entrega el fraccionamiento al municipio y ellos ya traen el permiso”, indica.

Comenta que lo que preocupa a los vecinos es que cuando comiencen las lluvias se levante el asfalto que pusieron para instalar las tuberías que van pegadas a las aceras, que también fueron perforadas para instalar las tuberías y medidores del gas.

Precisa que el problema que han tenido en el fraccionamiento es que hay muchas fallas con la pavimentación y el municipio no puede arreglar porque el desarrollador no ha entregado la obra a las autoridades, y cuando comience a llover no habrá autoridad que arregle las calles.

Trabajos continúan

En esa zona de La Pradera las obras de la empresa gasera ya terminaron, pero fraccionamiento adentro los trabajos continúan. Personal de la empresa preguntó a los vecinos si estarían interesados en el servicio de gas natural. Quienes así lo expresaron firmaron el respaldo, sin que ello comprometiera la compra del servicio.

“Se me hace muy extraño que hayan entregado permisos para que puedan entrar a trabajar sin autorización de nosotros, los vecinos. No nos preguntaron, en su momento vinieron a hacer unas encuestas, pero nosotros dijimos que no queríamos gas natural; no les importó. Están perforando las calles”, abunda.

Incluso, Javier tuvo que enfrentar a la fuerza pública, pues cuando empezaron a abrir su calle se negó a quitar su coche. Por ello fueron llamados efectivos de la Policía Municipal de El Marqués para quitarlo.

“Yo no quería mover mi carro. Yo no quería que perforaran mi calle, en parte por el parche que van a poner, y porque yo no quiero tener gas natural. Pero decían que tenían permiso y que si no me quitaba iban a llevar mi coche al corralón”, explica.

Apenas comenzarán las lluvias y Javier teme que las calles se puedan ver afectadas, como una muy cercana de donde radica, la cual tiene algunos hundimientos, como algunas de las calles de La Pradera, principalmente en algunas avenidas por donde corren los tubos del drenaje.

Esta situación comenzó hace tres meses, a pesar de la presencia de una organización de colonos que existió desde el inicio se opusieron a tener el servicio de gas natural, a pesar de ser más seguro y de una distribución más eficiente.

No sólo las calles se vieron afectadas, las aceras también, ya que se tuvieron que perforar para hacer las tomas domiciliarias, aunque el trabajo se ve bien hecho.

Hay preocupación

Las tomas y medidores del servicio del gas natural se ubican a un costado de las tomas de agua y, en apariencia, están bien hechas. Incluso el trabajo d el personal de la empresa de gas natural en el arreglo de la calle no se ve mal hecho, ni poco profesional.

Sin embargo, Javier muestra su preocupación por los trabajos y porque además se han enterado, él y sus vecinos, que los líderes de colonos, a quienes dice desconocer, sabían de los trabajos que haría la empresa en el fraccionamiento, pero la mayoría de los vecinos no sabían de esa situación.

En muchas de las calles de La Pradera aún trabajan las cuadrillas de trabajadores, con las consecuentes molestias por el polvo y ruido, aunque lo que se pudo observar es que los trabajos se hacen de manera rápida, para alterar lo menos posible la vida de los vecinos.

Otro problema que tuvieron, dice Javier, es que les ha faltado el agua en ocasiones, además de señalar que ese es otro tema pendiente, pues al no estar entregado el fraccionamiento a la autoridades municipales, no les cobran el agua.

Explica que en su caso tiene alrededor de cinco años de radicar en La Pradera y todo ese tiempo no han pagado el servicio del agua, a pesar de que han acudido a la Comisión Estatal de Aguas (CEA) para regularizarse.

En ocasiones pasadas los habitantes de La Pradera se han quejado de la falta de este servicio, pues desde que comenzó la construcción de un conjunto de departamentos a espaldas del fraccionamiento, la falta de agua ha sido una constante, acusando a la empresa constructora (Casas Ponty) de acaparar el agua para la construcción, dejando a los vecinos sin el servicio.

En el caso de Javier no ha pasado por esta situación, su casa está en una de las orillas de La Pradera, aunque en ocasiones si han registrado la falta del líquido. Lo que más le preocupa es lo que tendrán que pagar una vez que se regularice el servicio.

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