El error más grande que habría para atender a los jóvenes que no estudian ni trabajan sería darles dinero a cambio de nada, sin esperar una transformación real en las expectativas de vida de los muchachos, afirmó el sociólogo Silvestre López, ex coordinador académico en educación a distancia del Instituto Tecnológico de Querétaro (ITQ) Campus Amazcala, en El Marqués.

Señaló que la necesidad es un cambio estructural en cuanto a la participación de los jóvenes, no sólo en la vida política, sino en la toma de decisiones sociales. “En Querétaro se habla de 2 mil jóvenes que ni estudian ni trabajan, pero muchos de ellos no son sólo por no querer hacerlo, sino porque, primero, no tienen ni la preparación académica ni técnica para ocupar un trabajo formal. Segundo, los centros laborales cada vez exigen perfiles más altos de preparación en lo profesional como académica”, indicó.

Explicó que los apoyos a los jóvenes existen en los distintos ámbitos de gobierno, pero es necesario transparentarlos, garantizar que sean los jóvenes más necesitados los que accedan a esos apoyos, y saber cómo se asignan las becas.

“Encontramos muchas veces que jóvenes que son beneficiados de planes oficiales de gobierno en realidad no ocupan esa ayuda. También facilitar y asegurar el acceso a centros académicos”, abundó.

Dijo que es necesario que si se les va a apoyar económicamente sea a cambio de una actividad académica, profesional e incluso social, pues hay muchos jóvenes que tienen la capacidad para realizar algunos oficios o actividades artísticas, pero no tienen quien fomente esas habilidades.

“También hace falta una reestructuración de la familia, porque cuando se habla de más de dos millones de jóvenes a nivel nacional que no trabajan, no estudian o no hacen deporte, estamos hablando que hay una crisis social y familiar como tal. Más que darles dinero, [el nuevo gobierno federal] debe redireccionar programas de Estado, planes de gobierno [estatal], municipales. Se dice que hay alrededor de 75 planes estatales de los tres órdenes de gobierno que se cruzan”, precisó.

Las dependencias federales, añadió, tienen programas de apoyo a los jóvenes, los estados tienen también, al igual que los municipios, y muchos de estos jóvenes pueden tener dos o tres apoyos gubernamentales, pero si no se transparenta la forma de selección y entrega de esos apoyos, si sólo se dan becas sin esperar una transformación real, no se obtendrá ningún beneficio.

“Lo que deben de hacer las autoridades federales que tomarán posesión en diciembre no es entregar recursos regalándolos, es entregar esos recursos a cambio de una transformación, con participación ciudadana, con participación social y, sobre todo, generando más espacios culturales, recreativos, pero que tengan como fin no sólo la recreación, sino el aprendizaje y la transformación de las expectativas de vida”, dijo.

Resaltó que esta transformación también pasa por los maestros, que deben de tener sueldos que les permitan solventar sus necesidades, pues hay maestros que ganan 50 o 70 pesos la hora, que tienen que estar subempleados de taxistas, de taqueros, y si un joven ve que su maestro también tiene que dedicarse a otro negocio, a trabajar detrás de un volante, la expectativa de mejora de sus jóvenes no tiene una motivación.

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