Construido en un barrio de indios durante el siglo XVIII. Se edificó por la necesidad de crear un panteón en las entonces afueras de la ciudad de San Juan del Río, además por el segundo brote de epidemia de cólera y debido a las ideas de la Ilustración, que eran crear un cementerio laico y salubre. El arquitecto que lo diseñó fue J. G. Perrusquía.

La construcción, de estilo neoclásico, conservó su condición de cementerio hasta 1866. El inmueble fue rescatado y restaurado en 1981 por el Centro INAH-Querétaro para ser convertido en Museo Histórico de la Cultura Prehispánica. Sin embargo, el proyecto se transformó y fue inaugurado como Museo de la Muerte el 20 de junio de 1997.

Ofrece una muestra de los ritos funerarios en el México prehispánico y colonial, con énfasis en los entierros de San Juan del Río. El acervo incluye altares y objetos como caritas de barro con los ojos cerrados y navajas de obsidiana para el culto.

Visitas guiadas al lugar incluyen un recorrido por las tumbas del antiguo cementerio. Cuenta con dos salas permanentes y una temporal para exposiciones de altares tradicionales, exvotos y fotografías relacionadas con la muerte. Además, se realiza un altar de muertos cada año dedicado a un personaje diferente. Organiza conciertos, conferencias, presentaciones editoriales y talleres.

En 2012 se reinició el festival de Día de Muertos, donde el atractivo es el concurso de plañideras, así como diversas actividades culturales relacionadas con esta fecha.

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