Uno de los grupos de animación del equipo de futbol de Gallos Blancos lleva por nombre “La Resistencia” porque a pesar de los altibajos del conjunto, de su ir y venir de la primera división a la primera “A” del balompié nacional, resisten, aguantan, continúan apoyando. No dejan su afición por el equipo.

Cada 15 días en las tribunas del estadio “Corregidora de Querétaro” luce una manta que reza: “Una pasión, un sentimiento”, a la que se sumó, apenas este fin de semana, la que dice: “Lealtad y Corazón”.

El mensaje de ambas es muy claro: mencionan que siguen a los plumíferos en las buenas, en las malas y en las peores. En la primera división o en la primera “A”. Y ahora que se está —otra vez— muy cerca del descenso, esa pasión, esa lealtad, seguirá, a pesar de las lágrimas que obliguen a derramar si es que se consuma lo que ninguno de ellos quiere.

Por eso, no importa si ganan o pierden; tampoco importa si están en una u otra división. Lo que importa es demostrar esa fidelidad que se tiene a un equipo de futbol. Importa estar, cada 15 días, en las tribunas, con quienes, iguales en sentimientos, visten con la playera del club y gritan durante todo el encuentro, para animarlos.

Son parte ese grupo de cientos o quizá de miles de seguidores, quienes han decidido dejar todo con tal de estar presentes, también, en los otros estadios del país donde sus Gallos disputan un encuentro deportivo más.

Está claro, por eso, que ellos, los que de verdad quieren al equipo, estarán en el próximo partido contra San Luis Potosí. Y si a los Gallos les toca jugar, la temporada próxima, contra La Piedad o contra el Irapuato, ahí estarán pues saben muy bien que ser aficionados de este equipo implica sufrir siempre, soñar en ocasiones, pero siempre ser leal.

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