Por el abandono en el que se encuentra la zona arqueológica El Cuisillo de San Ildefonso Tultepec, Amealco, las piedras de la pirámide fueron saqueadas y los fragmentos de cerámica que aparecen en los sembradíos que la rodean se comercializan a cinco y 10 pesos la unidad, debido a que el sitio no tiene una declaratoria como monumento arqueológico y una poligonal envolvente que determine cuáles son sus límites.

Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) delegación Querétaro coinciden que este es uno de los sitios más importantes del sur del estado, que debe ser analizado para conocer el origen de los grupos prehispánicos que se establecieron en la región, su historia y dinámicas culturales, pero hasta el momento sólo se han hecho estudios de forma superficial.

En una visita, que el director del Instituto Intercultural Ñöñho de San Ildefonso, Mario Monroy, realizó junto con EL UNIVERSAL Querétaro a esta zona, mostró cómo los pedazos de cerámica se encuentran al ras de la tierra y estas piezas, comentó, son vendidas a cinco y 10 pesos por pieza a los turistas que llegan a la región, y las piedras de la pirámide fueron removidas para hacer construcciones particulares.

“La zona está abandonada y es saqueada, lo que solicitamos a las autoridades es que tengan una intervención en la pirámide con la finalidad de que se pueda explorar, que se abra y se haga una actividad que dé un ingreso para las familias que viven cerca del lugar. El objetivo es que la cuiden, porque incluso han sacado las piedras con trascabo para hacer sus bardas”, señaló.

Pero para evitar el saqueo de piedra para las construcciones modernas y tratar de detener el crecimiento de la habitación hacia el interior de la zona, el arqueólogo Juan Carlos Saint-Charles, comentó que se tiene que delimitar la zona, pero antes se tiene que declarar el lugar como zona arqueológica “porque si es uno de los sitios más importantes que tenemos sobretodo en la región de Amealco y a lo largo del río San Juan”.

Investigación arqueológica

El Cuisillo de San Ildefonso fue registrado en el Atlas Arqueológico Nacional que en la década de los ochenta documentó el INAH, “tiene una cédula de registro, está reconocida oficialmente como un sitio arqueológico, ya de por sí la Ley federal de Zonas y Monumentos Arqueológicos le dá un estatus, un carácter legal de que es tal y debe ser respetadas, pero nosotros lo que queremos es respetar con una poligonal, con una declaratoria que ya se diga esta es una zona arqueológica y debe de conservarse como tal”, refirió Saint- Charles .

Una vez realizada la declaratoria y delimitada la zona, añade el investigador del INAH, se podría plantear un proyecto para la exploración, deliberación de los edificios y la apertura pública del sitio; sin embargo, para que se llegue a este punto podrían pasar hasta 15 años o más.

“La investigación arqueológica es bastante cara; una exploración de un sitio así puede llevar hasta 10 o 15 años y a la mejor cada temporada es mínimo de uno o dos millones de pesos, por lo menos, y en ese sentido siempre se trata de trabajar con las instancias municipales, estatales y federales la aportación de recursos”, informó.

Vestigios de cerámica

Puntas de lanza y fragmentos de cerámica que fueron utensilios de cocina, así como piedras labradas y pipas todavía con restos de tabaco quemado, son algunas de las piezas localizadas en el sitio que fueron rescatados por el Instituto Intercultural Ñöñho, con el objetivo de crear un museo comunitario en San Ildefonso.

Una escultura que representa el rostro de un humano también forma parte de esta colección arqueológica, la cual fue donada al instituto por una persona que asegura encontró la pieza en El Cuisillo de San Ildefonso, aunque el director de este centro de estudios dijo que “estas piedras ya no tienen un valor arqueológico porque fueron extraídas de su contexto original, pero tienen un valor estimativo; lo que ahorita tendríamos que buscar es preservar lo que todavía está debajo de la pirámide, la cual todavía no sabemos quién la hizo”, relató.

A partir de los vestigios de cerámica que se encontraron, Saint- Charles refirió que “puede ser un sitio que corresponde al período, más o menos, 750 o 1 200 años después de Cristo. No conocemos la afiliación étnica de los grupos que lo fundaron, que lo construyeron, pero la cerámica y el tipo de asentamiento se relaciona mucho con un sitio muy importante que se encuentra en el Estado de México, que se llama Huamango; pero en San Ildefonso apenas estamos realizando trabajos, pero principalmente enfocados a su protección y conservación”.

30 sitios en Amealco

Hasta el momento se ha realizado sólo un estudio topográfico de la zona, como parte de un proyecto encabezado por la arqueóloga, Fiorella Fenoglio, en este estudio también estuvo participando la arqueóloga, Elizabeth Hernández, quien actualmente tiene a su cargo el proyecto “Dinámicas culturales en el sur occidente de Querétaro, municipios de Huimilpan y Amealco”.

La arqueóloga Hernández se encuentra realizando, desde hace seis meses la verificación de los sitios arqueológicos de Huimilpan, y al finalizar la inspección de este municipio comenzará la verificación en Amealco, que tiene como objetivo determinar qué sitios ya no existen, qué sitios existen todavía y en qué condiciones están, según los registros del Atlas Arqueológico Nacional de los ochentas.

En el caso de Amealco, el Atlas tiene un registro de 30 sitios arqueológicos, divididos en sitios de estructura, de materiales y sólo dos de pintura; una vez hecha la verificación de la arqueóloga Elizabeth Hernández se terminará la problemática real de los sitios que existen en la región.

“Espero concretar la última fase para tener más claro el panorama y plantearme nuevas preguntas el porque no se ha estudiado tanto, en comparación con otros municipios de Querétaro, si el sur de la entidad es muy importante”, señaló.

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