El municipio de Querétaro regula las emisiones de ruido en antros, bares y restaurantes gracias a que cuentan con dos sonómetros, instrumentos utilizados para medir el número de decibles que se registran, informó el director de Ecología, César Chávez Nava.

De acuerdo con la norma 081 de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la cantidad de decibeles permitidos es de 68 de las 6:00 a las 22:00 horas y 65 de las 22:00 a las 6:00 horas. En caso de sobrepasar este rango las multas podrían llegar hasta los mil 200 salarios mínimos.

Chávez Nava señaló que las revisiones se llevan a cabo exclusivamente con el sonómetro, mismo que está conectado a una impresora de bolsillo en donde se imprime de manera inmediata el nivel de decibeles para evitar dudas entre el quejoso y el titular del comercio —generador de ruido— a la hora de dar resultados.

“El sonómetro hace la medición y en ese instante arroja un resultado impreso para evitar que se diga que se manipula la información. El resultado se verifica con la norma 081 de la Semarnat que indica los decibeles permitidos”, expresó.

Asimismo, el funcionario explicó que los instrumentos que se tienen son precisos y calibrados cada año y están sujetos a lo señalado en las leyes, reglamentos y normas oficiales. Cada uno de los sonómetros tiene un valor de 50 a 60 mil pesos.

Manifestó que en lo que va de la administración, se han realizado en promedio de seis inspecciones de decibeles por semana en diferentes comercios, principalmente en la zona del Centro Histórico.

Derivado de ello, se ha resuelto imponer sanciones a tres comercios, de los que no se especificó el giro.

Por el tipo de giro, los antros son los más revisados, en segundo lugar establecimientos que venden aparatos electrónicos y los negocios que usan perifoneo para aumentar ventas.

“En negocios pequeños si se han llegado a presentar varias quejas, pero no es procedente (una sanción) de acuerdo con la norma, entre ellos hay lavanderías y chatarreras”, explicó.

Cuando se detecta que los decibeles se encuentran arriba de lo establecido por la norma, las autoridades notifican al propietario que ha sido acreedor a una sanción y se le menciona que tiene que adecuar su establecimiento con algunas medidas para evitar que salga el ruido.

Para inspeccionar que el dueño del negocio haya cumplido los requerimientos solicitados, el personal de la Ecología regresa al lugar y vuelve a hacer una medición de decibeles para ver si puede restablecer su actividad.

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