La feria de Todos los Santos que se instala en el Jardín Guerrero para esta temporada de Día de Muertos no ha tenido la misma afluencia que en años pasados, comentaron algunos comerciantes, quienes reconocen que la situación económica de los compradores no les permite adquirir artículos como en otros años.

Vendedores de disfraces, frutas hechas con azúcar y las tradicionales calaveritas de azúcar han comentado que este año sus ventas han bajado desde 30% hasta 90%.

La señora Eva, vendedora de disfraces, quien también maquilla niños, comentó que para este año sus productos subieron alrededor de 30%, situación que se ve reflejada en el precio que se da al consumidor final, por lo que reconoció que las ventas han caído, porque la gente no tiene el mismo poder adquisitivo este año.

Explicó que ahora hay algunas familias que antes de disfrazar a sus hijos deben garantizar la comida para sus hogares, y ella entiende que hay cuestiones prioritarias.

Por otro lado, la señora María Margarita, quien es fabricante de figuras de alfeñique —azucaradas—, comentó que mientras en 2014 el primer día de la feria alcanzó ventas hasta por mil pesos, este año apenas llegó a 70 pesos.

Al igual que la señora Eva, reconoció que todos los insumos han incrementado su costo, aunque afirmó que al ser productora ella puede mantener un precio menor; sin embargo, eso no es suficiente para que sus productos sean adquiridos como en años anteriores.

Otro de los factores que afectó la asistencia de personas a esta venta de artículos tradicionales de Día de Muertos, fue la lluvia, pues aunque se podía observar a cientos de personas que recorrían los negocios, en cuanto comenzó a llover todo la feria quedó sin posibles compradores.

Se pierden tradiciones. Mediante un sondeo realizado entre los visitantes de la feria de Todos los Santos, se pudo comprobar que algunas tradiciones mexicanas se están perdiendo de generación en generación.

Se les cuestionó si continúan con la tradición de hacer un altar para sus familiares fallecidos en sus casas, a lo que la señora María del Rosario, ama de casa, dijo que no era una tradición de cada año, y que si bien sí ha cumplido con elaborar el altar, lo dejan para cuando tiene tiempo.

En tanto que sus hijos, éste podría ser el primer año que se disfrazan y piden calaverita, aunque todavía no sabía si lo llevarían a cabo.

Por otro lado, la señora Josefina, también ama de casa, explicó que la tradición que ella tiene en Querétaro sólo es ir a visitar a sus muertos al panteón y llevar flores, pues en su casa no acostumbran poner ofrenda. Acompañada por su esposo y nietas, explicó que ellos suelen acudir a la feria a ver y comprar algunas golosinas, aunque no para el altar.

Finalmente, Geraldín, de 10 años, quien iba disfrazada de catrina, dijo que eligió este personaje por ser una tradición mexicana, en su casa acostumbran hacer un altar en honor a su bisabuela, por lo que ella sí desea continuar con esta festividad.

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