A donde va Antonio Turok hay emoción, “soy como un imán”, dice el fotógrafo de guerra, quien por primera vez visitó la ciudad de Querétaro para dar un taller. Uno de los ejercicios fue retratar a los locatarios del mercado El Tepetate.

Turok es reconocido por ser el primer fotógrafo en dar a conocer el movimiento Zapatista. “Fui el que dio a conocer al mundo el rostro enmascarado de Marcos. A mí me dijo Marcos que si yo quería hacer esa chamba y dije sí, ¿por qué no?”.

Ha fotografiado conflictos de América Central, México y los Estados Unidos, como el 11 de septiembre de 2001. “A donde voy yo siempre pasa algo emocionante, soy como un imán, me fui a Nueva York y me tocó el 11 de septiembre, me tocó ver cómo se cayeron las torres, todo siempre me pasa a mí”, relata entre risas Turok.

A los 14 años de edad inició su encuentro con la fotografía. “Al principio empecé robándole una cámara que mi papá tenía en su clóset, luego se dio cuenta que me encantaba tomar fotos, entonces me compró mi primera cámara, yo sufría y sufro de una enfermedad que se llama dislexia, era muy lento en la escuela y me refugié usando mi inteligencia visual, porque la intelectual no se me daba”.

“Cuando llego a San Cristóbal había 15 mil habitantes, parecía que estaba uno perdido en el siglo XVI, todavía no había luz eléctrica, se alumbraban con lámparas de petróleo, todavía los indígenas que andaban en las calles después de las seis de la tarde los metían a la cárcel, era como las historias de Rosario Castellanos”, narró.

Sus padres querían que hiciera una carrera universitaria, pero ir a la universidad no estaba en los planes del fotógrafo. “Podríamos decir que mi papá me desheredo, dijo: pues yo a vagos no los voy a mantener y tuve que inventar varias cosas para sobrevivir”.

Cuando inició el movimiento Zapatista, Antonio Turok documentó todo el desarrolló, pero conforme crecía la revolución también crecían los peligros.

“Legue a estar custodiado día y noche, y después nació mi hija y mi esposa dijo ya no aguanto más esto, me siento asfixiada, me agarró y me sacó, y me llevó a Oaxaca, yo no quería irme, yo me quería quedar en mi Chiapas, pero las mujeres son poderosas”.

En Oaxaca lleva viviendo 15 años y eventualmente sale de este estado para dar talleres de fotografía.

En Querétaro el curso que impartió Turok, como miembro del Sistema Nacional de Creadores, se realizó del lunes 27 de mayo al miércoles 29 de mayo, con el apoyo del Instituto Queretano de la Cultura y las Artes.

Los asistentes a su taller estuvieron dos días fotografiando a los locatarios del mercado El Tepepate, se eligió este lugar por estar en uno de los barrios más antiguos de la ciudad, las imágenes que captaron los talleristas se mandarán a imprimir en una lona y serán colocadas en un muro de este lugar.

“Busco que los creadores piensen que debe haber una retribución con el oficio, no nada más es tener una foto y guardarla en su escritorio o hacer una exposición, como reportero de guerra aprendí que cuando uno se acerca al pueblo, el pueblo es muy agradecido”.

Actualmente, se está dando un descanso del trabajo fotográfico, pero su nuevo proyecto también se relaciona con la imagen porque se encuentra realizando un video documental sobre el tema del maíz transgénico.

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