La gente comenzaba a llegar al Caserío, los invitados de honor pasaban directamente al salón rojo, el cual los esperaba con pendones y gallardetes como decoración principal haciendo alusión a la Edad Media.

Las Noches Medievales ofrecen una experiencia más allá de una cena;  enamora a los que han sido testigos de este evento, brindando la sensación de estar inmerso en un ambiente de siglos pasados. Los asistentes se divierten rodeados de personajes como un arlequín y bailarinas, mientras  los meseros lucen como monjes de una orden Agustina.

Un cuenta cuentos es el encargado de adentrar a los comensales a una leyenda mágica, en la que una princesa encantada por una malvada hechicera busca ser rescatada.

“Sin duda va a ser algo divertido, la expectativa es que nos la pasemos bien. Ya hemos ido a otras noches como esta en Pachuca o Estados Unidos, pero es la primera vez que escuchamos de esto en Querétaro”, comentó Lilian Herrera, visitante de la Ciudad de México.

El menú consiste en tres tiempos, la entrada es un potaje, es decir sopa de cebada que se sirve en una especie de olla individual con una cuchara de madera. El platillo estelar se presenta al centro del recinto como toda una usanza medieval, los invitados brindan en honor al preparado de un lechón con mezcla de pollo, codornices y papas al cilantro.

La parte interesante de este momento es la forma de disfrutar la vianda, ya que los cubiertos no son requeridos y de manera divertida, los asistentes usan las manos para degustar el manjar, acompañado de cerveza, vino o agua.

Este tipo de veladas son organizadas una vez al mes con la intención de hacer un producto de calidad cultural, turístico y de entretenimiento.