Paulina Maldonado y Agustín Alcocer se dieron el sí en el altar de la Parroquia de la Inmaculada Concepción, durante una ceremonia presidida por un sacerdote que les brindó palabras de aliento, invitándolos a que su amor perdure para siempre.
Después del evento religioso, la celebración tuvo un escenario digno de un cuento de hadas, en un salón de la Hacienda La Bartola, decorado de flores blancas y velas colgantes, que dieron al lugar un romántico ambiente a media luz.
Las letras gigantes “P” y “A” adornaron los jardines y fueron aprovechadas por los nuevos esposos para una sesión de fotos, previa a su entrada triunfal, en la que familiares y amigos aguardaban ansiosos para verlos llegar.
Entre aplausos y expresiones de júbilo, la pareja entró bailando al salón y la felicidad fue tal, que Agustín terminó cargando a Paulina, haciéndola dar vueltas en el aire.
“Todo ha sido muy bonito, la tarde ha estado llena de sorpresas. Llegué muy temprano a la iglesia y fue una espera de 30 minutos que me parecieron como seis horas; veía llegar a los invitados, pero el coche de la novia no, así que me puse realmente ansioso”, nos dijo el novio.
Los padres de la pareja lucieron alegres y expectantes en todo momento; Margarita Gutiérrez, mamá de la novia, dio una recomendación a ambos: “Que sean muy felices, es una nueva etapa en su vida y como consejo, les digo que siempre hablen y se comuniquen”.
Aunque los novios fueron quienes supervisaron cada detalle de la fiesta, confesaron que al llegar todo fue una sorpresa, pues: “Pasó algo muy gracioso, nosotros escogimos todo; la decoración y los platillos, pero cuando veníamos en el carro, nos dimos cuenta de que ya no nos acordábamos de nada”, comentó Paulina.
Después de la celebración, los novios se fueron a su luna de miel, en la que durante un mes visitarán España, Inglaterra, Francia, Bélgica y Holanda. “Queremos desconectarnos y empezar este matrimonio nosotros solos, divertirnos, conocer y enamorarnos de las cosas que descubramos del otro”, dijo la novia.