Chilpancingo.— El Ejército y la Policía Estatal tomaron el control de la seguridad de la comunidad de Tlaltempanapa, municipio de Zitlala, en la región centro de Guerrero, donde opera un grupo de guardia civil, informó el vocero del Grupo Coordinación Guerrero (GCG), Roberto Álvarez Heredia.

El grupo de civiles armado de Tlaltempanapa opera desde hace dos años y surgió después de que el grupo delictivo Los Rojos irrumpió y se llevó a 12 hombres.

El pasado vienes unos 300 militares y policías estatales intentaron desarmar al grupo —autodenominado policía comunitaria—, pero los pobladores pusieron resistencia con palos, piedras y a golpes, dejando un saldo de nueve soldados y cinco civiles heridos.

Las fuerzas de seguridad intentaron detener a cuatro presuntos policías comunitarios a quienes acusan de haber asesinado a Benigno Marabel, habitante del pueblo vecino Quetzacoatlán, y de la desaparición de una familia completa en esa comunidad.

Álvarez Heredia indicó que dos días antes del operativo, integrantes de una Base de Operaciones Mixtas intentaron hacerle el alto a cuatro hombres que iban en una camioneta blanca en la que, según testigos, huyeron los asesinos de Benigno Marabel. Los tripulantes agredieron a los soldados y policías y huyeron. En respuesta, se armó el operativo del viernes pasado.

El sábado militares, policías estatales y funcionarios del gobierno de la entidad negociaron con los comunitarios y acordaron, entre otras acciones, que sean las fuerzas federales y estatales quienes se encarguen de la seguridad de Tlaltempanapa, que se instalen dos puestos de control en la salida de la localidad y respeto a las acciones de las corporaciones policiacas.

También se acordó que Tranquilino Palatzin Tranquero, líder de los civiles armados, entregará a los cuatro presuntos responsables del asesinato de Benigno Marabel. El gobierno se comprometió a analizar las demandas de salud y caminos de la población, así como a implementar brigadas médicas y sociales en esa comunidad.

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